CAPITULO FINAL .- Primera parte

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—¡Este champagne es especial para el brindis de medianoche!

Dylan corría histérico por el jardín, llegó a la barra donde Alan estaba a punto de abrir la botella de champagne que su madre le había mandado desde Australia, supuestamente bendecido y preparado para que el año siguiente solo les sucedan cosas buenas.

—¿Quién eres tú para que me digas que tomar y que no, hechicero de cuarta?

—¡Es un champagne especial!

Alan alzó la botella y Dylan empezó a saltar para alcanzarla, Alan era como dos cabezas más que él y su cuerpo tenía el triple de músculo que el suyo, así que de manera física no lograría nada.

—¿Quieres jugar a eso? —Alan sonrió cuando las palmas de Dylan empezaron a brillar de color azul, indicando que Dylan iba a utilizar sus poderes—. Porque si saco mis alas no hay quien me pare.

—¡Pueden dejar de discutir! —Matt llegó a ellos cargando una canasta con adornos dorados—. Ustedes no pueden quedarse un momento a solas sin que se quieran matar el uno al otro.

—¡El empezó! —grito Dylan muy ofuscado.

—Yo solo quería tomar un poco de champagne —dijo aburrido entregando la botella—. Aquí tu esposito que hace drama hasta porque una mosca vuela.

—¡Yo no hago dramas demonio asqueroso! —grito Dylan.

—Bájale a tus revoluciones —Alan le gruño—. Que yo estoy evitando faltarte el respeto porque se lo prometí a Lucy, sino, estarías en problemas.

—¿Enserio tienen que discutir hoy? —Oliver levantó su cabeza, ya que estaba arreglado la mesa larga donde cenarían en el jardín—. ¿No pueden calmarse por hoy?

—¿Qué está pasando? —Jaime se acercaba junto a Alex trayendo luces.

—El hechicero está dramático como siempre —explico Alan.

—¡Dylan! —Rosali llegó corriendo—. ¿puedes hacer dormir a los niños con algún hechizo?, es que se han robado chocola...

—¡No! —gritó Dylan histérico—. ¡Claro!, cuando me necesitan, si me hablan bien, pero después ... ¡Soy el hechicero histérico y dramático! —estaba a punto de llorar—. ¡Todos ustedes pueden pasar año nuevo sin mi presencia que tanto les molesta!

Se fue furioso dejando a todos perplejos.

—¿Por qué siempre tienes que molestarlo? —Alex miró mal a su hermano.

—¡Yo no hice nada! —Alan los miró indignado—. ¡Yo solo quería un maldito trago!

—Desde ayer está extraño —habló Matt—, y puedo sentir por la conexión que algo no va bien, pero me bloquea y no quiere hablar conmigo.

—¿Sabes algo? —Oliver miró a su esposa.

—De verdad no sé nada —Rosali miró triste por donde Dylan se había ido—. Voy a hablar con él.

—No te preocupes —Matt le sonrió—. Yo me encargo, no puede ocultarme mucho tiempo las cosas.

—¡Déjale en claro quién manda! —se rió Alan.

—Así como Lucy manda en tu matrimonio —dijo Jaime sarcásticamente.

—¿Perdón?

Matt dejó que siguieran hablando, mientras él se encaminaba hacia los grandes jardines buscando el rastro de su lobo. Desde el día anterior podía notar que algo había pasado con su mate, pero este se lo había negado rotundamente y se había ido a dormir ignorándolo y ese día se había levantado notando que Dylan ya no estaba.

ALFA KINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora