CAPÍTULO 18.- tercer fragmento

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—Amo esta película—limpio mis lágrimas con un pañuelo.

—¿En el libro Darcy no le pide que se case con él en la casa de Collins?—pregunta José.

—Normalmente odio cuando en las adaptaciones cambian cosas del libro, pero esta me encanto, me parece muy romántico que se lo pida debajo de la lluvia—le respondo.

—¿En el libro tan bien se pasa de pendejo como en la película?—pregunta Jeremy.

—¡Darcy no es ningún pendejo!—lo defiendo indignada.

¿Como se atreve decirle pendejo a Darcy?

—¿Quién le dice a una chica que ha luchado contra su buen juicio, la degradación de su familia y su rango para aceptar su amor por ella?, ¡es un idiota!—habla Jeremy.

—La novela se llama "Orgullo y Prejuicio", ¿Qué esperabas?—le dice José.

—¿Y si vemos Orgullo, prejuicio y zombies?. Para mí que esa adaptación es mejor—propone Jeremy.

—Definitivamente no, odio los zombies—digo yo.

—Mejor veamos una de acción—se levanta José de su asiento para buscar otra película.

—Yo voy por más palomitas—Jeremy se va a la cocina.

—¿Crees que todo ha salido bien en la boda de Lucy?—le pregunto a José.

—Yo creo que sí, si fuera lo contrario, ¿no crees que ya sabríamos algo?—José puso la película— ¡Jeremy apúrate! —le gritó.

—¡Espérate que ya voy! —le respondió también gritando.

—¿Tenías muchas ganas de ir verdad? —José se sienta de nuevo en su lugar.

—Si—respondo afligida.

—Oh, no te preocupes tanto, que cuando te cases con Oliver apuesto que tendrás una boda más grande y glamurosa.

—Cállate idiota—le tiró una almohada—. No digas estupideces.

—¿Miento?—se ríe—. Si se nota a mucha distancia de que estas muy enamorada de él.

—No ves que Jeremy te puede escuchar, además que este enamorada de él no significa de que me valla a casar con el.

—¡Te advierto que no seré un damo de honor! —dice melodramático.

—Ahora si—me levanto y corro hacia él para golpearlo, pero él huye de mi—, ven para acá cobarde.

Los dos corremos por toda la sala, yo persiguiéndolo y el tirándome cosas.

—¡Paren! —grita Jeremy llegando con las palomitas de Maíz—. ¿Se pueden saber que hacen?

—Nada—respondimos y nos sentamos de nuevo como si nada hubiera pasado.

—Anormales—nos dice Jeremy y se sienta junta a nosotros.





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