CAPÍTULO 32.-segundo fragmento

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—¡Mira mujer! —Ted, el padre de Lauren miraba por la ventana de la limusina—. ¡Hay lobos caminando por la ciudad como si nada!, ¡Mira esos bebederos gigantes!

Oliver le explicaba y enseñaba cosas sobre el reino, Lauren estaba sentada encima de Jaime con su cabeza hundida en su cuello, Ian quería tirarse por la ventana y la mamá de Lauren estaba avergonzada por la manera confianzuda que su esposo trataba al rey de ese lugar.

—¿Aquí también cazan, hijo? —Ted palmeo la espalda de Oliver, a Jaime casi le da un ataque, se supone que nadie puede tocar a su amigo al menos que sea un familiar, y ahora lo hacía un simple humano—. Tienes unas montañas llenas de vegetación, apuesto que hay buenas presas.

—En nuestra forma de lobo, pero es una práctica que se ha perdido con el tiempo, a los lobos jóvenes ya no se les es apetitoso comer carne cruda, bueno a mí tampoco me gusta —sonrió Oliver.

—¡La pueden cocinar! —se burló el señor Ted—. Si me dejas cazar, te prometo cocinar un guiso de ciervo que te dejará impactado.

—Claro que puede cazar —asintió Oliver—. Ustedes son mis invitados de honor.

Aunque Oliver intentó que los padres de Lauren se quedaran en el palacio, su hija prefirió que se quedaran con ella en la mansión que Jaime le había asignado, en cambio Ian si se quedaría en el palacio un par de meses antes de que comiencen sus clases en la universidad. Después de eso, si él deseaba, sería asignado a un departamento más cerca al cuál sería su nuevo lugar de estudios. Oliver le dijo que se podría quedar a vivir todo el tiempo que quisiera en el palacio, pero eso era demasiado para él.

No sabía si soportaría ver en primera fila, lo feliz que era Lauren con su mate, ni siquiera sabía cómo soportaba verla tan melosa con él.

Ella se refregaba sobre él, sabía que era algo normal en una embarazada, pero era desesperante que ella esté ahí dándole todo su cariño y él esté más concentrado en su celular solo sujetándola para que no caiga. Se preguntaba porque él se había comportado políticamente correcto con él, sabía de sobra que él sabía sobre los sentimientos que él sentía por Lauren, cualquier otro hombre lobo ya le hubiera golpeado, pero él simplemente pasaba de su existencia.

Tal vez él cree que no es ningún tipo de peligro y no le interesa.

También estaba preocupado por la advertencia que le había dado José al despedirse.

Compórtate con respeto en el palacio con lo que respecta a Lauren —José se había puesto muy serio—. Jaime nos es alguien que debes tomar a la ligera y tiene amigos que te clavaran en una estaca solo por mirarlo mal, ya sabrás a qué me refiero cuando llegues.

Eso lo había dejado algo intrigado, ¿A dónde se estaba metiendo?, era sorprendente lo amable y noble que parecía Oliver, como trataba con tanta alegría los padres de Lauren ,siendo ellos humanos. Era el maldito rey de los hombres lobos y le estaba dando un tour turístico de la ciudad al señor Ted.

¿Entonces porque estaría en peligro?, seguramente los demás miembros de la familia real no serían más amables como él, seguramente serían igual de antipáticos que Jaime.

Pensó que tal vez debió quedarse en su manada.




***




—¿Ha venido a terminar su trabajo? —miró a Alan algo temeroso—. ¿No cree que me hizo suficiente daño?

ALFA KINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora