CAPÍTULO 8.-tercer fragmento

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—¡Llévense a los niños!—ordenó el alfa Egor, era el alfa de la manada rusa que conocí en el entierro de Ruth.

Lucy empezó a agitarse e intentar romper la soga con la que la tenían amarrada a la silla. Intentaba gritar, pero también le pusieron cinta en la boca al igual que a mí.

—Pero miren que tenemos aquí.

Me quedé impactada cuando la vi entrar a la habitación.

—Así es como debe estar alguien como tú— me dijo Elizabeth—. Amarrada como la perra que eres.

—Cállate Elizabeth — detrás de ella entró un joven que también conocí en el entierro—. Papa por favor recapacita, esto está mal.

—Alik, no tengo paciencia para tus lloriqueos—habló el alfa—. ¿Trajeron al hechicero?

—Aquí estoy alfa— Un hombre vestido de manera rara y con una corona de plumas negras—¿Es ella verdad?— me señaló.

—Si es ella—le respondió.

El hombre se acerca a mi y empieza a tocarme el los hombros y después rompe la blusa que tenía y empieza a tocarme el vientre.

—¡Déjela!— Alik intenta acercarse pero su padre lo detiene—. ¿Qué intentas hacer padre?

—El solo la está revisándola— dice su padre asesinando con la mirada—. Solo quiero confirmar una cosa.

—Ella tiene un sello— dice el hechicero aun tocándome—. Que tapa su naturaleza lobuna.

¿De qué está hablando?

—¿Ella es una mujer loba?—pregunta Elizabeth—. ¿No es una inmunda humana?

—¿Por qué huele como humana?—pregunta el alfa.

—Es una magia antigua, es un sello para ocultar de todos de que es una mujer loba, pero ese sello se ha estado rompiendo desde que la marcaron—explica el hechicero—. Aunque este sello no deja que la unión sea completa.

—¿A qué te refieres?pregunta el alfa

—Su mate no puede conectarse con ella todavía, por su edad y por el sello, si ella sale herida él seguramente no puede sentirlo—sigue tocándome el vientre y yo quiero vomitar.

¡Que alguien le saque las manos de mí!

—¡Ahora entiendo!—dice Elizabeth—. Esa vez que te golpee en la escuela, cuando me entere que eras la mate de Oliver siempre me pregunte porque Oliver no vino a tu rescate cuando estábamos golpeándome.

—¡Ya suéltala!—grita Alik—. Ella es aún nuestra luna, téngale más respeto.

—Por ahora— dice Elizabeth—. Muy pronto dejarás de serlo.

—Hay algo másdice el hechicero—. Está esperando un niño, puedo sentirlo.

Me quedo en estado de shock mientras siento que las lágrimas caen por mi rostro. Escucho el llanto ahogado de Lucy y la veo luchar por zafarse.

—Maldita perra.

Elizabeth se acerca a mi y me da una cachetada

—¡Yo debería tener el hijo de Oliver en mi vientre!—me tira otra cachetada—. ¡Me robaste mi lugar! Pero ahora es tiempo de recuperar lo que es mío.

Alik llega a ella y la sujeta.

—Alik suéltala y vete de aquí—el alfa mira al hechicero—. Usted también.

ALFA KINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora