1. PARTE I: Solos

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Dime, luna de plata, ¿qué pretendes hacer con un niño de piel? 🎶🎶

* * *

Alec estaba decepcionado de todo y de todos, con el corazón roto salió al balcón, había luna llena... E incluso en esas circunstancias, podía apreciar lo hermosa que era.

Tan grande. Tan alta. Tan sola... Sus ojos azules se alzaron hasta ella, se veía tan luminosa y viva, uno podría pensar que te veía.

Pero seguía estando sola, tan sola como él en este momento...y siempre. Tenía a sus hermanos, claro, pero ellos tenían a sus propias familias.

En cambio él no tenía nada y nunca lo tendría. Llevo una de sus manos a su vientre, inconscientemente. Él quería un hijo, un pequeño ser que fuera sólo suyo, que lo amara por sobre todas las cosas, alguien a quien cuidar y amar... Pero nunca lo tendría, él no quería casarse, no con una mujer al menos, y no quería un hijo de cualquiera, quería uno suyo, quería llevarlo dentro de él, sentirlo nueve meses creciendo en su vientre, hablarle, cantarle, esperar impaciente a verlo salir al mundo real, uno lleno de espantos de los que él lo protegería siempre.

Estaban ya ambas manos en su vientre, por un momento se imagino lo que sería. Luego se rió de su idea y volvió a su habitación, pero dejó la puerta del balcón abierta... De modo que la oscuridad no lo engullera, pues la luz de la luna llena lo salvaba.

* * *

Era luna llena, el momento en que más poderosa se sentía, o poderoso, pues justo ahora era Magnus, aquel cuerpo masculino, bello y fuerte.

Sus ojos dorados observaban a todos los mortales, era feliz en estos momentos en que sentía que no estaba solo, pues miles de millones de humanos lo miraban, lo admiraban... A él le gustaba que lo admiraran.

Pero fueron un par de tristes ojos azules los que llamaron su atención. Era un mortal hermoso. Su piel pálida, cabello oscuro, labios gruesos, y unos bellísimos ojos azules cargados de infinita tristeza.

El mortal se sentía solo y fue eso lo que hizo que Magnus lo observara con más atención, él entendía perfectamente ese sentimiento.

El humano se llamaba Alexander Lightwood. Alexander, Magnus sonrió al pronunciar su nombre en voz alta y aquellos ojos azules lo miraron fijamente como si lo hubiera escuchado.

Los ojos dorados de Magnus no se perdieron cómo Alec acariciaba su vientre, su mayor deseo a la vista. Después el chico ojiazul se rió de algo y se fue. Por un momento Magnus creyó que cerraría la puerta y ya no podría verlo, pero no fue así. Él simplemente entró y se acostó a dormir, Magnus podía verlo sin problemas y lo observó hasta que su respiración cambió y sus ojos no volvieron a abrirse...

Los rayos de la luna llegaron hasta aquel mortal dormido, Alexander, y lo acariciaron con suavidad. Y Magnus deseo poder hacer eso, con este cuerpo, que fueran sus manos físicas las que lo tocaran...

Magnus no prestó atención a más mortales esa noche y odio al Sol cuando vino a despedirlo.


CONTINUARÁ...

y así empieza!
gracias por sus comentarios ❤ ya sé que nunca tengo ideas normales 😂

Hijo de la luna (Malec Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora