5. Cambios

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Tendrás a tu hombre, piel morena, desde el cielo habló la luna llena, pero a cambio quiero el hijo primero 🎶

* * *

Alec despertó solo, por supuesto. Extrañamente feliz. Se sentía diferente, tan en paz, era casi como si flotara, se sentía ligero, pero, a la vez, era como si supiera que había algo que había cambiado y que lo obligaba a cuidarse más.

Sentía diferente, como que se perdía de algo. Tenía este tipo de imágenes fugaces, fragmentos de algo que no podía recuperar...ese tipo de sueños que recuerdas a partes y, por más que te esfuerzas, no logras completar ni encontrarle sentido.

Tal vez lo haría a lo largo del día. A veces así sucede, intentas e intentas recuperar el sueño y, cuando menos te lo esperas, hay un fragmento que le da sentido, la pieza que faltaba.

Y cuando se estaba bañando sucedió algo extraño, estaba enjabonando su cuerpo cuando lo vio: ahí, justo en su vientre, había una marca, como una mano izquierda brillando.

Fue sólo unos segundos, y, teniendo en cuenta que no veía bien por el agua y el jabón, lo dejó pasar.

Ignoró también el pequeño hormigueo bajo su ombligo.

Tal vez su deseo era tan grande que lo estaba volviendo loco.

Llegó bastante temprano a la universidad y lo que Esperanza le dijo nada más verlo sólo sirvió para alterarlo más: -¡Qué te pasó!

Ella casi lo gritó, los demás maestros y alumnos los veían, así que él la llevó hasta su oficina. -¿De qué hablas?

-Ayer intenté hablar contigo y nada. No entraba la llamada. Fui a tu casa y nunca abriste, y había una luz... -ella entrecerro los ojos- y ahora mírate. Tienes una luz especial en la mirada, tu piel está tan luminosa, y tu aura, ¡Alec, es brillante! Es plata y roja, y se acumula en tu... Uumm...

Alec arqueó una ceja, viendo donde señalaba ella.

¿Su vientre?

* * *

Era de día en la Tierra ahí donde Alexander vivía, y Magnus se sentía cada vez peor. Él no era ese tipo de dios que tomaba mortales a su antojo, nunca lo había hecho...no hasta él. Hasta esos ojos azules tan tristes.

Magnus tenía amigos en aquel basto cielo. Había una constelación que parecía brillar con luz azul. Ella tomaba forma de mujer cuando quería. Y se hacía llamar Catarina, como él se hacía llamar Magnus.

-¿Qué te pasa? Ayer noté tu ausencia.

Y porque Magnus no podía con esa carga sola, le contó todo.

-¡Magnus! -ella parecía horrorizada-. ¿Sabes lo que sucederá ahora? Ese mortal podría volverse loco, habrá cambios que él no entenderá. Y si se enteran, cuando se enteren, que hay un hijo de la Luna en la Tierra... Oh, Magnus, no debiste...

-Lo sé.

-¿Qué harás ahora?

-Cuidarlo. Velar por Alexander Lightwood. Ese mortal está ahora, y hasta su último día, bajo la protección de la Luna. Como ya dijiste, él lleva a mi hijo. El primer hijo de la Luna en milenios.


CONTINUARÁ...

Gracias por seguir esto, votar y comentar ❤

y no haré capítulos más largos porque estoy actualizando casi diario aquí y saben que tengo más historias, espero que entiendan!

Hijo de la luna (Malec Mpreg)Where stories live. Discover now