21. Lo que siempre quise

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Siguiendo la luna y su vuelta invisible, la noche seguro me alcanzará 🎶

* * *

<<Estuve contigo...>>

De algún modo Alec supo a lo que se refería. No hicieron falta más palabras, lo entendía.

No sabía cómo sentirse al respecto. Era algo que él había pedido, pero...no se lo imaginaba de esa forma. En realidad ni siquiera lo creía posible, ¿y por qué no podía conocerlo? ¿Por qué no podía recordarlo?

-¿Estás enojado? -esa voz por supuesto le sonaba. Eso sí lo recordaba.

Y lo extraño es que no, no era enojo lo que sentía. -No, sólo es...raro. Que pueda hablar contigo, escucharte. Estoy hablando con...la Luna. ¿No suena esto a locura?

La melodiosa risa de Magnus pareció arrastrada por el viento. Agitando algo en el interior de Alec. ¿Había escuchado algo más hermoso antes?

-Tal vez un poco -Magnus, desde su lugar, sonreía viendo a aquel guapo mortal-, pero es una buena locura.

Alec no supo qué más decir. Esto era irreal. Parecía un sueño. -Me voy a dormir ya...

-Buenas noches -Magnus nunca se imaginó haciendo esto, diciendo esto-. Y...ah... ¿Alexander?

-¿Sí?

-¿Podrías dejar abierto? Por favor.

Y, por supuesto, Alec lo hizo. No pensaba que fuera a venir, no al menos hasta la Luna llena, pero se sentía bien. Cómodo, seguro, sabiendo que Él estaba ahí, que podía verlo dormir, y él podía sentir al menos su luz.

* * *

La segunda semana acabó con ellos intentando conocerse.

Sí, era extraño, ambos lo sabían, que Alec saliera al balcón a hablar con él. Pero desde que lo descubrieron, que podían hacerlo, comunicarse al menos así, ya no pudieron evitarlo.

Ahora no sólo Magnus ansiaba las noches, también Alec.

"Hola" era siempre el tímido saludo de Alec, y Magnus sonreía como tonto, "¿Cómo fue tu día? ¿Cómo están?"

Alec no pudo evitar unas cuantas lágrimas cuando Magnus lo dijo la primera vez, "Nuestro hijo".

Aunque se molestaba un poco cuando evitaba preguntas como "¿Cómo eres, físicamente?" o "¿Tienes un nombre?"

¿Por qué Él le ocultaba cosas?

Y a pesar de todo, los dos esperaban ansiosos la Luna llena. Hablar, y verlo en el caso de Magnus, no era suficiente.

-Buenas noches, mi Alexander -le dijo Magnus el día final de esa semana-, y cuida a nuestro hijo.

Alec durmió con una sonrisa. De un modo extraño tenía lo que siempre quiso, alguien que lo llamara "Mi Alexander" y un hijo.

Y la Luna llena estaba cada vez más cerca.

No podía ser mejor.

No podía esperar a verlo, tocarlo... Saber cómo era...

CONTINUARÁ...

Hasta el siguiente, gracias por seguir ❤

Hijo de la luna (Malec Mpreg)Where stories live. Discover now