15. Anhelos

7.2K 1K 123
                                    

Y en las noches de luna llena hacen el amor 🎶
(Triste canción de amor)

* * *

<<De verdad quiero conocerte. ¿Por favor?>>

Después de haberle pedido un hijo a la Luna, y que le hubiera sido concedido, no pensó volver a rogar por algo.

Pero Alec deseaba, casi tan intensamente como había deseado un hijo, conocerlo. A él. Quería ponerle un rostro, porque debía tenerlo y creía que, después de todo, merecía conocerlo.

Nunca estaría con él. Lo sabía y lo aceptaba. Pero quería tener una imagen a la cual adorar, rasgos físicos de los cuales algún día, si vivía, podría hacer una descripción a su hijo.

Acariciar, al menos una vez, el rostro de aquel hombre. Hablar con él. Escuchar su voz que seguramente sería mágica e irreal. Agradecerle darle lo más hermoso en su vida. Ser su milagro.

-Por favor -repitió Alec, sus ojos azules rebosantes de lágrimas. Otro síntoma del embarazo presente, estaba más sensible.

¿Sería también un síntoma el anhelar tan desesperadamente al padre de su hijo?

Sin decir más, y dejando olvidado el biberón en el balcón, entró a su habitación.

Se quitó la camisa, protegiendo su vientre, a su hijo, sólo con sus manos, y se acostó a dormir.

¿Podría tal vez soñar con él?

Ojalá.

* * *

Lágrimas caían de los ojos de Magnus. Nunca un dios había llorado por un mortal.

-Oh, Magnus -Catarina no sabía qué hacer. Hacía tanto que ellos se conocían, eran grandes amigos.

Siempre supo que Magnus era diferente. Especial.

Aquellos ojos dorados, y plata, la miraron y había tanto dolor en ellos.

Pensó en decir "Nunca debiste hacerlo", esto no era como lo ocurrido con la madre de Tessa, Magnus había tenido contacto físico, hubo una conexión importante y había entregado parte de él. Pero en su lugar dijo: -Ve. Sólo un momento, para aliviar la necesidad de ambos, de los tres.

Había desesperación en la voz de Magnus cuando dijo: -No puedo. Ir sólo me hace desear más, aquello que no puedo tener. Puedo despertarlo, podría verme, hablarme, pero no va a recordar. Y yo...

-Ve -repitió ella.

Y Magnus fue. Bajó, como siempre, pero esta vez no entró como luz de Luna, esta vez se detuvo, como un hombre, en el balcón y tomó aquel pequeño objeto en su mano, aquel que un día sería de su hijo.

El biberón.



CONTINUARÁ...

espero que no se estén aburriendo con el ritmo de esta historia, todavía deben pasar muchas cosas, y tiempo, antes de que Magnus tome una decisión y pueda haber un encuentro ❤

Hijo de la luna (Malec Mpreg)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang