124. Destinos entrelazados

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-Alexander, tienes que calmarte -Magnus insistía, aunque él mismo estaba ansioso por tener a Rafa en brazos.

Mientras que a Alec lo llenaba una especie de instinto "maternal" y de protección, además del cariño que recordaba de su sueño. Magnus recordaba el encargo de Raziel, ellos tenían que cuidarlo, tenían que.

-No puedo, Esperanza ya tardó mucho, debimos ir -Alec quisiera en estos momentos poder hablar con su Luna, él sí entendería.

-Tú no podías ir, no así. Se supone que estás aquí para no tener que explicar nada a nadie, para estar tranquilo...

Alec le dio una mala mirada. -Tú no entiendes... -se vio interrumpido cuando Esperanza entró.

Se veía como si todo este tiempo hubiera estado llorando, Alec se adelantó rápidamente para quitarle al bebé. No se veía en condiciones de cuidarlo.

El bebé, que había estado llorando, se detuvo cuando Alec lo sostuvo. Magnus lo ayudó a sentarse en el sofá. Alec acomodó al bebé casi sobre su vientre.

-Es tan pequeño y bonito -dijo a nadie en específico, acariciando su pequeña naricita, su frente, su boca. Miró a Esperanza, pero ella se veía perdida, miró a Magnus pero aquellos ojos de gato estaban fijos en el bebé. Cuando Alec volteo se encontró con un par de enormes ojos marrones que miraban a Magnus directamente, una de sus manitas se extendió hacia él, Magnus acercó la suya sorprendido, el bebé tomó su índice entre sus deditos.

-Creo que le caes bien a todos -dijo Alec, entre sorprendido y divertido.

Pero Magnus seguía perdido en aquella inteligente mirada marrón. El niño sabía quién era él.

-Tengo que...que arreglar documentos -balbuceó Esperanza hacia Alec-, ¿podrían cuidarlo mientras lo hago?

Alec asintió, con ganas -sin entender por qué- de responder "Toda la vida". El pequeño Rafa parecía hecho para estar entre sus brazos, encajaba perfecto incluso sobre su abultado vientre.

Sólo cuando Alec pronunció su nombre, "Rafa", el bebé apartó su mirada de Magnus y, con un gorgojeo feliz, miró a Alec. Elara y Max se removieron justo en ese momento.

* * *

-¿Ellos? -Ángela se veía sorprendida.

-Ellos -Raziel asintió-, un Ángel y la Luna. No te dejes engañar por sus apariencias, son más de lo que a simple vista parece.

-¿La Luna? ¿Cómo...? ¿Y él está...?

-Embarazado -Raziel lo dijo como si nada-, espera un niño y una niña. Elara, Max, y Rafa crecerán juntos, su destino está entrelazado.

-Pero...la Luna...cómo...

-Sólo el Sol y las normas celestes se interponen en su felicidad.




CONTINUARÁ...

Hijo de la luna (Malec Mpreg)Where stories live. Discover now