25. Preguntas

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Y nos dieron las diez y las once, las doce y la una, las dos y las tres, y desnudos al anochecer nos encontró la luna 🎶

* * *

NOTA: ya que al final no la leen. En el cap anterior me disculpé si era más corto de lo normal, gracias por entender ❤

* * *

<<Te lo diré, pero cuando estemos frente a frente...>>

Los ojos de Alec se abrieron demasiado, y ahí definitivamente había puntos de plata con el azul.

Y era tan hermoso que Magnus pensó que sí, definitivamente los dioses sí se enamoraban.

-¿De verdad? -la voz de Alec, como la de un niño ilusionado, derritió completamente a Magnus.

Alexander era simplemente perfecto. No había otra palabra para describirlo.

-De verdad, Alexander.

Y su sonrisa... Magnus estaba perdido con esa sonrisa. Tenía que estar con él, en todo momento, tuviera que hacer lo que tuviera que hacer. Lo haría.

Alec tenía sueño. Quería volver a la cama, pero también quería quedarse con Magnus hasta el amanecer.

¿Le haría mal a un embarazado desvelarse?

Aunque tenía todavía esa semana de vacaciones, podría dormir de día y pasar las noches con su Luna. 

Con Él.

Magnus miró, extrañado, a Alexander entrar a su habitación y salir unos minutos después con una gruesa manta.

Se acomodó en una de las sillas que había en el balcón y se envolvió en su manta.

-¿Qué se supone que haces? -preguntó Magnus, sonriente.

-Pasar la noche contigo -Alec contestó, con la mirada fija en él, viendo aquel parpadeo de oro y plata que ya había aprendido a reconocer.

¿Un mortal podía detener el corazón de un Dios?

Oh sí, Alexander lo hizo. El corazón de Magnus dejó de latir un momento. Nadie, nunca, le había dicho algo tan hermoso.

Una gota cayó en la palma de Alec, y por un momento se preguntó si iba a llover. Magnus limpió sus ojos.

-Los dioses no lloran -le había dicho su padre cuando lo condenó a esta vida. Aunque ahora estaba feliz de haber sido condenado, de otro modo no habría conocido a su Alexander y no habría un bebé en camino.

Alec sintió, incluso sobre la manta, la cálida caricia de Magnus en su vientre. Sonrió feliz. ¿Por qué no había hecho esto antes?

-¿Me hablarías de ti? Me gustaría amanecer hablando contigo.

Y ya no había nada que Magnus pudiera negarle. -Claro, Alexander. ¿Te parece si jugamos a las preguntas? Así para Luna llena ya sabremos un poco más del otro y no habrá silencios incómodos.

-Sí -Alec estaba tan feliz y emocionado.

¿Lo estaría él también?

-Muy bien. Empiezo yo... -Magnus tenía tantas preguntas. Tanto que quería saber de él.

CONTINUARÁ...

tienen alguna pregunta que quieran que respondan?
Es mejor saber un poco más antes del encuentro 😍

Hijo de la luna (Malec Mpreg)Onde histórias criam vida. Descubra agora