91. Extra 3: la Luna y el ángel

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La mirada azul de Alec, brillando a la luz de la luna y las estrellas, fija en la verde dorada de Magnus. Una enorme sonrisa en sus labios. Y las manos acariciando el rostro del contrario.

-Ya soy tuyo, Magnus. Nada podrá separarnos.

-Nada -prometió Magnus, despejando la frente de Alec de sus mechones rebeldes-. Eres mío y soy tuyo. Toda la eternidad.

Estaban demasiado perdidos en ellos mismos para notar al hechicero que se acercaba a ellos recitando palabras en un idioma extraño.

Cuando Magnus fue arrebatado de los brazos de su amante, Alec no pudo hacer nada, Asmodeus lo detuvo mientras el hechicero terminaba de recitar la ofrenda del alma de Magnus a la luna.

-¡No! -Alec se debatía entre los fuertes brazos del padre de Magnus. No entendía lo que el hombre decía, pero veía como intentaba ahogar Magnus en el río.

El agua, cerca de donde el cuerpo de Magnus se hundía, reflejaba la luna deformada de un modo extraño.

-¡No! ¡No! Por favor, es su hijo... -Alec rogaba.

-Un hijo mío no cometería esta abominación. Prefiero no tener hijo.

-¡No! -Alec no dejó de gritar hasta que el hombre soltó el cuerpo de Magnus.

No se movía.

Recitó unas palabras más y luego volvió a Asmodeus. -Está hecho. Él está muriendo. No pasarán más de unos minutos para que Magnus ascienda. Él no volverá a estar nunca...con él ni con nadie.

Asmodeus asintió y se fue sin mirar ni una sola vez a su hijo. El hechicero lo siguió y Alec corrió hasta Magnus.

-No, por favor. Por favor, despierta. Magnus, mi amor, por favor -sacó el cuerpo del río, pero Magnus no reaccionó. Lágrimas resbalaban por sus mejillas, mirando al amor de su vida morir-. Es mi culpa. Es mi culpa, ¿verdad? Yo me alejaría si tú abres los ojos ahora. Por favor, vuelve, Magnus.

Pero Magnus no volvió. El último latido lo dio a Alec, al hermoso ojiazul que sostenía su cuerpo.

La luna, deformada en el río, tomó forma y brilló en lo alto cuando el alma ascendió hasta ella.

Había sido un sacrificio para siempre.

Magnus miró a su amado llorar su muerte. Mirarlo cada noche en los cielos cuando descubrió la verdad. Y fue demasiado para él.

-Olvídame -el susurro de la luna llegó hasta Alec una noche, pero él negó.

-No voy a olvidarte. Me prometiste eternidad y la tendremos. Tal vez no ahora, pero un día. Encontraremos la forma.

La luna podía tener el corazón roto también, lo tuvo cada noche que sabía que su mortal la miraba aunque ella evitaba aquel lugar.

Una década más vivió Alec.

Y hubo un ángel en la Tierra que había observado todo. Él quitó los recuerdos de la luna y tomó el alma del mortal y la guardó dos mil años. Después dejó que un descendiente suyo mezclara su sangre con la del humano y soltó el alma solitaria.

Ahora tendrían una oportunidad.




CONTINUARÁ...

💔😭 creo que ahora ya entenderán más cosas

Se acabaron los extras...por ahora 😂 hasta el siguiente de vuelta a la historia!
Muchas gracias por haber aguantado tanto ❤ nos acercamos a los 100 😱

Hijo de la luna (Malec Mpreg)Where stories live. Discover now