155. Bebé

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No podía tener a Rafa sobre su vientre, no si estaba acostado, y era difícil permanecer acostado. Estaba ya enorme. Elara y Max habían estado moviéndose demasiado, Alec se pasaba las manos suavemente, tratando de calmar a sus hijos que ya empezaban a ponerlo nervioso a él también.

Una semana más y sería la novena Luna, se cumpliría el noveno mes de embarazo y ya sólo faltaría uno para ver nacer a sus hijos, para tenerlos en sus brazos. Sus manos aferraron su vientre, recordando su último sueño, deseando tener tiempo suficiente para al menos verlos nacer y tenerlos en sus brazos una vez.

Se giró para ver a Rafa, o lo intento, era ya difícil. Así que sólo estiró su mano y acarició la suave mejilla del pequeño. Su pulgar dibujando círculos en el pómulo de su primer bebé. Hubiera querido ser tu padre, pensó Alec, con una sonrisa. Estar contigo también. Pero vas a tener a Esperanza, a Magnus, a la Luna, a Max y a mi pequeña Elara. En ese momento los ojos de Rafa se abrieron, llenos de una lucidez inusual en alguien de unos pocos meses, una de sus manitas fue hasta la de Alec, aferrándose a uno de sus dedos.

Los ojos de Alec se llenaron de lágrimas cuando escuchó la voz en su mente. "Papá Alec". Tenía que ser Rafa, su Rafa, su pequeño, su bebé. Sus labios temblaron, el niño no apartaba la mirada de él, ese marrón tratando de decirle tantas cosas que él sabía pero que no podía compartir. Cuando Raziel usó la sangre que Alexander Lightwood para crearlo, para crear a un nefilim puro, Rafa vio su futuro y el de todos los que lo rodeaban, los que formarían parte de su vida, durante mucho o poco tiempo. Llevó su otra manita hasta donde estaba la de Alec, sus piecitos enfundados en el mameluco de colores que había comprado Magnus se sacudieron cuando se rió. Y entonces Alec sonrió, se apoyó con una mano para poder sentarse y abrazar a Rafa, decidido a disfrutar lo que fuera su tiempo.

Ahora estaba vivo, mañana nadie sabe.

-Magnus ya me terminó de contar la historia de los amantes de otro tiempo, ¿quieres que te cuente? ¿o le creamos otro final? ¿eh, Rafa? No me gusta pensar que un amor así terminó por terceros, nadie tendría porque intervenir cuando hay amor, ¿por qué lo hacen?

Rafa siguió balbuceando y moviendo sus bracitos y piernas.

Magnus, que había estado con Esperanza, entró en ese momento. Una mirada azul y una marrón se encontraron con la suya. Él les sonrió. -Hola, guapos.

Alec se sonrojó y Rafa rió feliz, extendiendo sus manitas hacia Magnus. Magnus era importante, Rafa lo sabía. Y Magnus era bueno, su pequeño corazón lo sentía.

-¿Cómo están mis bebés? -preguntó mientras recibía a Rafa en sus brazos y ayudaba a Alec a sentarse mejor.

-Rafa está feliz, Max y Elara están inquietos...

Alec respondió sin dudar, tal vez sin pensar, dando por sentado que los tres eran sus bebés, Rafa, Max y Elara. Y fue la espontaneidad y la dulzura con que se lo dijo lo que hizo a Magnus inclinarse y tomar sus labios en un beso.

Alec se sorprendió sonriendo y devolviendo el beso. Jadeando un poco al separarse. ¿Por qué sentía ese intenso dejavu con Magnus?

-¿Y el papá más guapo del mundo?

Alec mordió su labio intentando no sonreír más. Acarició bajo uno de los ojos de gato de Magnus. -Está deseando ver, al menos una vez, tus ojos reales. ¿Por qué no puedo verlos, Magnus? Si fuera mi último deseo, ¿lo harías?



CONTINUARÁ...

Recuerden que falta poco para el final, para que no se sorprendan 🙈

Hijo de la luna (Malec Mpreg)Where stories live. Discover now