93. Recuerdos

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Dame sólo un beso que me alcance hasta morir, como un vicio que me duele quiero mirarte a los ojos. Luna, no me abandones más, que tiendo a recuperarme en la cuna de tus crateres 🎶

* * *

Alec estaba nervioso, como nunca antes, esta vez estaba seguro que nunca estuvo tan nervioso. Tratando de huir, no tenía miedo de Magnus, temía a sus propias reacciones, sus deseos.

Él quería.

Abrió la portezuela, olvidándose de quitarse el cinturón, fue Magnus quien lo hizo, se inclinó sobre él, y Alec respiró su olor, su deseo creciendo y, sin esperar, se movió de nuevo para salir.

Fue entonces que la mano de Magnus hizo contacto con su vientre, totalmente accidental, pero fue suficiente para provocar el movimiento de sus hijos y que su piel se encendiera con el deseo.

Alec quiso gemir de frustración. ¿Por qué Magnus no llegó antes a su vida? ¿Por qué venía a despertar en él esto ahora que ya no podía estar con él?

Rendido, sé quedó ahí mientras Magnus se acercaba más a él. Sus ojos nunca se cerraron, su mirada fija en aquella verde dorada, en esos ojos de gato, sólo bajaron hasta los labios que se acercaban a los suyos. Fue un sólo roce, un choque suave más que un beso.

Fue pacífico.

Como si todo en él lo estuviera necesitando.

* * *

Ya antes se habían besado, Magnus recordaba cada beso, pero hubo algo distinto en este.

Ambos en sus cuerpos, Magnus se sintió más como un humano de verdad. Y entonces el recuerdo llegó:

<<-Ya soy tuyo, Magnus. Nada podrá separarnos.

-Nada. Eres mío y soy tuyo. Toda la eternidad...>>

Las imágenes llegaron de golpe, sus cuerpos unidos, la sensación de plenitud. Aquellos hermosos ojos azules, brillando enamorados, y la sonrisa de labios hinchados.

Era él.

-Tengo que irme -la prisa de Magnus los sorprendió a ambos.

Tengo que pensar y hablar contigo, como la Luna.

¿Cómo pude olvidarlo?


CONTINUARÁ...

Hijo de la luna (Malec Mpreg)Where stories live. Discover now