141. Deseos

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Una de esas noches en que Magnus y Alec huían para amarse con un poco de libertad, habían llegado a un claro del bosque.

-¿No crees que sea peligroso? -Alec no estaba seguro de hacerlo. Podía haber animales o ladrones.

Pero Magnus sonrió, tomó su mano y tiró se él. -Es más peligroso no poder amarte. No sé cuánto más podré contenerme. Siento que cualquier día no podré más y voy a besarte frente a todos. Pasar y rozar nuestras manos casualmente no es suficiente para mí. Quiero poner tomarte de la mano a la luz del día, abrazarte, besarte, gritarle al mundo que te amo.

Alec había sonreído con tristeza y había seguido a Magnus sin decir más. Él también quería eso, pero no bastaba con desearlo.

Esa noche se sentaron sobre un tronco, a la luz de la Luna, y vieron una estrella caer.

Incluso en aquel entonces había muchas creencias sobre las estrellas caídas. Tal vez eran maldiciones o castigos de los Dioses.

Pero Magnus sabía que aquello que la mayoría creía malo, no siempre lo era, al contrario. Como su amor por un hombre, por Alec, no era incorrecto. Entonces lo dijo: -Esa estrella debe ser buena. Pide un deseo.

Alec lo pidió.

"Poder estar contigo".

Era un deseo que todavía no llegaba a cumplirse.

* * *

Alec había cerrado sus ojos mientras Magnus le contaba la historia. Rafa se había quedado dormido hacía rato y Magnus lo llevó a su cuna.

Alec frunció el ceño e hizo un puchero hacia Magnus que estaba acostado frente a él, mirándolo fijamente. -Dijiste que era un recuerdo feliz, pero tus palabras suenan tristes. Haces que me duela.

Magnus intentó sonreír. Extendió su mano y acarició su vientre. Alec colocó la mano sobre la suya. -¿Se cumplió su deseo?

-Los dioses y los astros no miden el tiempo como nosotros. Estoy seguro que va a cumplirse, aunque no fuera en esa vida.

El puchero de Alec se acentuó. -¿Ellos no terminaron juntos? ¿Por qué me cuentas esta historia?

Magnus no pudo resistirlo y se arrastró hasta quedar más cerca de él. Tan cerca como era posible. Alec no retrocedió. Extendió su mano hacia la cadera de Magnus.

-Están juntos ahora.

-No entiendo.

-Ya lo harás, Alexander. Ya lo harás.




CONTINUARÁ...

Hijo de la luna (Malec Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora