50. El nombre ❤

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Yo no te pido la luna, tan sólo quiero amarte, quiero ser esa locura que vibra muy dentro de ti. Yo no te pido la luna, sólo te pido el momento de rescatar esta piel y robarme esa estrella que vemos tú y yo al hacer el amor 🎶

* * *

<<Bésame entonces>>

Y Magnus lo hizo. Todavía acunando su rostro, se acercó hasta sus labios, un beso suave, lento, a ojos cerrados. Uno que encendió y enloqueció cada célula del cuerpo de ambos.

De algún modo, Alec terminó sobre Magnus, todavía sin romper el beso, el fuerte cuerpo de Alec recordándole a Magnus lo que es estar vivo, y sentir.

El beso terminó, pero Alec seguía sobre él, sus labios rozándose todavía, los ojos de ambos se abrieron. El vientre de Alec se sentía cálido, su hijo feliz entre ambos. -Quisiera poder tener esto toda la vida, Magnus. Nunca pensé que sería posible para mí. Cuando supe que la Luna había cumplido mi deseo, un hijo, no pensé que hubiera nada más que pudiera pedir, pero en estos días, hablando contigo, y ahora teniéndote aquí, me doy cuenta que sí lo hay. Te quiero a ti. Quiero esto, contigo.

-Ya me tienes, Garbancito -una mano de Magnus acariciaba su mejilla. Parecía que sus cuerpos no podían dejar de tener contacto, por mínimo que fuera, entre ellos.

Los ojos de Alec se entrecerraron y sus mejillas se tiñeron de un ligero rojo. -¿Garbancito?

Magnus hizo una mueca y luego rió. -¿Por probar? ¿No se ponen apodos cursis los mortales?

-Tú eres un Dios -dijo Alec, sintiéndose absurdamente feliz por un mote cariñoso viniendo de Magnus.

-Pero soy cursi, y te quiero.

Alec deseaba poder repetir las palabras con la misma pasión que él algún día. -Ya veremos -susurró, tratando de apartarse de Magnus, pero él se acomodó de nuevo y lo arrastró a su lado-. Y hablando de nombres, ¿has pensado en el suyo?

La pregunta se vio acompañada de un movimiento de su mano acariciando su vientre, protegido entre ambos en ese momento.

-Sí, ¿y tú?

-Sí -respondió Alec con una sonrisa tímida, lo contrario a la de Magnus que era enorme y brillante-, pero si quieres podemos elegir el tuyo.

-¿Cuál es el tú has pensado? -preguntó Magnus.

-Me gustaría llamarlo... -la mirada de Alec se apagó un momento-, Max, como mi hermanito. Pero seguro tu elección es mejor.

Magnus dejó un beso fugaz en los labios de Alec, para después arrastrarse por su mejilla hasta su oído y susurrar un nombre nada común que Alec nunca había escuchado. -¿Te gusta? Creo que podría tener ambos, ambos nombres, el tuyo y el mío. Un semidiós nombrado por los Dioses y los mortales.

Alec se acurrucó feliz contra él. -Me gusta. Es hermoso.



CONTINUARÁ...

Gracias por sus comentarios el capítulo anterior, por aguantarme en historias largas *aunque aquí son capítulos cortos* ❤

Sobre el nombre! todos felices, tendrá dos: Max ❤ y... ¡uno sorpresa!

y perdón por actualizar tan tarde, el final de Tus ojos no me ven es culpable ❤😢

Hijo de la luna (Malec Mpreg)Where stories live. Discover now