Sofia

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Eran casi las 8 pm cuando bajé las gradas, escuchaba risas masculinas provenientes aparentemente del piso de abajo, pero no le presté mucha atención y me dirigí a la cocina.

---Madre, ¿Que haces?
Observé que mi madre estaba estaba dando instrucciones al chef encargado de la cocina.

---Qué bueno que te veo hija, Dorian ha traído un amigo suyo y cenaremos junto con ellos.

¿Un amigo?

---¿Bueno y yo que hago?

Mamá seguía dando instrucciones al chef, mientras que las demás empleadas se movían con rapidez de un lado al otro ayudandolo, tanto alboroto por un simple invitado, pensé.

---Mmm..bueno ve a hacerles compañía.
Dijo mi madre prácticamente botandome de la cocina.

---Aish...Ok, Ok, ya entendí.

Salí en dirección al comedor principal y cada vez se escuchaba con más claridad el parloteo de dos pares de voces masculinas.

---Buenas noches.
Entré saludando.

Enseguida observé al amigo de Dorian ponerse de pie, era un Dios griego que ahora mismo me miraba de la cabeza a los pies con la boca entreabierta.

---¿Tu debes ser Sofía?
Dijo éste sonriendo seductoramente.

---La misma.
Le devolví el gesto y mientras yo iba a apretar su mano en forma de saludo, aquél Dios griego se me acercó dándome un beso en la mejilla.

---Mucho gusto, Andrés Eulestia a tus ordenes.

Nos miramos un par de segundos a los ojos y enseguida Dorian tosio, sacandonos de nuestro transe---es menor de edad---dijo en tono casi inaudible y fingiendo aun toser.

Ambos lo miramos mal.

---Toma asiento, por favor.
Ambos nos sentamos cómodamente.

---Déjame decirte que eres una de las mujeres más hermosas que he conocido en mi vida.

Sonreí coqueta.

---Gracias, y tu no estas nada mal tampoco.

Reí ligeramente y observé que Dorian rodó los ojos.

---Bueno, Bueno..¿Donde esta tu madre?

Preguntó el castaño con fastidio.

---Ella está por venir.
Miré mal a Deluxo y luego sonreí al ver a su amigo.

Esté amiguito de Dorian está buenísimo y si no resultan las cosas con él, tranquilamente me puedo estar quedando con éste amigo suyo, pensé.

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Narra Dorian

---Así que trabajan juntos...
Exclamó Sara mirandome a mi y a mi amigo.

---Sí, señora soy la mano derecha del gran Dorian Deluxo.

Respondió Andres orgulloso.

---Me alegra tanto que mi Dorian tenga a alguien de confianza a su lado.

Sara miró a Andrés con ternura al igual que a mi y sonrió, está mujer era un ángel, no sé a quién habrá salido su hija, bueno seguramente al padre.

---Quiero felicitarla porque tiene usted una hermosa hija, seguro debe lidiar con todos los pretendientes que debe tener.

Todos rieron menos yo, no sé porque pero aquél comentario no me había causado gracia.

La hija de mi sirvientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora