Abandono

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Me levanté más tarde de lo habitual pero ya me sentía mucho mejor, luego de ducharme, vestirme y desayunar, me dirigí hacia la habitación de mi madre pero antes de entrar me encontré con Dorian saliendo de ella.

---¡Hey! Hola pequeña ¿Cómo amaneciste?

Note que los ojos del castaño estaban rojos, el apartó su vista rápidamente para que no lo viese.

---Mejor, muchas gracias.

---Debo salir, nos vemos después.

Me dio un ligero beso y se fue, parecía tratar de evitarme. Nunca hubiese imaginado que esa seria la última vez que lo vería.

Dos semanas después

Dorian se había ido, según mi madre, debía viajar a España por asuntos de negocios, pero era extraño que no contestará ni mis llamadas ni mis mensajes.

---Él no es tan fuerte como tu, solo necesita un poco de espacio.

Mi madre trataba de escusar al castaño ante su evidente abandonó.

---Pero ya es mucho tiempo de lo que se ha ido.

Lo extrañaba demasiado, la casa no era la misma sin él en ella.

---Tranquila mi amor, ya volverá.

Suspire con nostalgia recordando su cuidado cuando había estado muy enferma.

---Si, eso espero.

Mi madre se había vuelto a quedar dormida, ella era mi motor, no me despegaba ni un solo momento de su lado.

Narra Ethan

Hoy decidí ir a visitar a Sofía, sabía que Dorian se había marchado rumbo a España.

Por la tarde me escape de la gran empresa Deluxo, en la cual llevaba laborando un par de semanas a petición de mi padre. Mi teléfono sonó y al ver de quién se trataba no contesté, era Ericka una de las secretarias de Dorian, al parecer estaba obsesionada conmigo porque me llamaba a diario, nos habíamos acostado un par de veces, era buen polvo si, pero lastimosamente ella se lo había tomado muy enserio.

En el Starbucks que quedaba cerca de la escuela pedí un capuchino y me senté en una de las mesas, hacía bastante frío, razón por la cual me arrepentí de no haber contestado la llamada de Ericka pensando en que tal vez un poco de calor humano me sentaría bien. Tomé mi móvil y le escribí a Sofía.

E: ¡Hola ángel caído! ¿Qué hacés?

¿Qué no se suponía que iba a escribirle a Ericka?

Después de varios minutos mi móvil sonó ligeramente indicando que había recibido un mensaje, era Sofía que había respondido.

S: Estoy en el hospital.

E: ¿Qué pasó?

Me alarme, seguramente era por la enfermedad de su madre.

S: Mi mamá...

No respondí nada y luego de pagar en la cafetería me dirigí a mi auto para rápidamente ir al hospital.

E: Voy para allá.

Le respondí mientras manejaba.

Llegué al hospital y al ingresar me encontré con Sofía en la sala de espera, una chica vestida de enfermera la acompañaba.

La hija de mi sirvientaΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα