Declaración

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Me acerqué hasta ella y me senté a su lado.

---¿Así que faltas a clases para encontrarte con ese sujeto?

Le cuestione en cuanto me miró, no parecío sorprenderle mi presencia.

---En realidad, huía de tu guardaespaldas, ese que enviaste a seguirme, el que me "haya encontrado a ese sujeto" fue pura casualidad.

Respondió con tranquilidad.

---Aja si, ¿Y quién es él? digo, si es que se puede saber.

Su rostro se veía abatido, quizás la resaca de ayer la había puesto así.

---Eso eso es algo que no te incumbe.

Apoyo su cabeza en el respaldar de la banca y la llevó hacia atrás para mirar al cielo, el cuál estaba completamente nublado.

---Dime ahora mismo quién es.
Demande exigente.

---Es mi ex ¿De acuerdo?..y ya, deja de fastidiarme ¿Qué acaso no tienes nada mejor que hacer que estarme siguiendo?

Si y muchas cosas, pero ahora no las consideraba tan importantes realmente.

---Estoy de vacaciones.
Volteó a verme un par de segundos, parecía estar molesta.

---Quiero estar sola, vete Dorian.

Tenía ojeras y su rostro estaba pálido.

---¿Es verdad eso de que aún no lo olvidas?

¿En serio quería escuchar su respuesta?

Sus ojos azules se desorbitaron al escuchar mi interrogante.

---Eres un maldito fisgón.
Escupió con odio.

---Responde.
Ordené.

---Si, fue mi primer amor asi que supongo que nunca voy a olvidarlo.

Levantó ligeramente sus hombros.

---Oh, ya veo.
Respondi.
¿Aquello me molestaba?

---Pero ya lo superé hace mucho, así que ya no me interesa en lo más mínimo.

Afirmó orgullosa.

---¿Pero que no es un poco mayor para ti?

Él tipo quizás tenia mi misma edad.

---Si, fue por eso que decidimos separarnos.

Expresó con nostalgia.

---Entiendo, bueno que te parece si nos vamos.

No me agradaba mucho este lugar, parecía inseguro.

---No iré a la escuela, es un día muy lindo como para estar encerrada dentro de cuatro paredes ¿No lo crees?

La miré confundido.

---¿Lindo? ¿Qué tiene de lindo, si esta todo nublado?

Me miró sonriente.

---Ese es el punto, me encantan los días nublados.

Ladie mi cabeza un poco.

--Vaya, si que eres bastante extraña.

Dije levantandome de la banca.

---Si, así dice la gente.
Imitó mi acto y también se puso de pie.

---¿Te apetece entonces, tomarte un café conmigo?

Pregunté tomándola por sorpresa.

---¿No me llevarás a la escuela?
Cuestionó incrédula.

La hija de mi sirvientaWhere stories live. Discover now