Lucía e Israel

54K 2.8K 95
                                    


Amaneci en los fuertes brazos de Dorian, hace un par de semanas atrás nunca hubiese imaginado en que tendría algo con él, y ahora lo veo dormir como un niño abrazado a mi, tenerlo aquí conmigo era un sueño hecho realidad. Me moví sigilosamente y quité sus brazos con mucha delicadeza para evitar que despertase, una vez que lo hice, me levanté para salir de su carpa.

Extrañaba la comidad de tomar una ducha con agua caliente y la suavidad del colchón de mi cama, suspire por lo bajo recostadome en el sleeping hasta que el sueño se apoderó de mi.

Narra Dorian

Desde que había venido hasta este lugar tuve la intención de pescar, aquello era un pasatiempo que disfrutaba mucho junto a mi padre cuando era un pequeño niño. Luego de vestirme tomé mi caña de pescar y me fui en dirección al río que se encontraba muy cerca de aquí.

No lograba pescar nada y no era para menos, hace tanto que no lo hacía.

---¿Qué pasa Dorian? antes eras un experto en esto...y ahora solo das pena.

Me cuestione a mi mismo en voz alta.

---¡Por favor! no te castigues tanto.

Lucía, esposa de Israel apareció de la nada, brindandome una gran sonrisa.

---¡Lucía! No sabes cuánto tiempo llevó aquí intentando pescar algo...

Exclamé un tanto fustrado.

---Déjame ayudarte.
Me extendió su mano para que le entregara la caña de pescar.

Dudaba que ella pudiera hacer algo al respecto, así que dudoso se la pasé.

---Ookk...

Me hice a un lado y me dediqué a observarla detenidamente.

---Esto se hace así...

La vi colocar la carnada y mi mirada se desvío fugazmente hacía su silueta inexplicablemente.

---Y eso es todo.

Mentiría si dijera que le presté  atención a lo que hizo porque no fue así.

---¡Impresionante!

Exclamé al ver un enorme pez rebolotear cerca de ella.

---Gracias, gracias.

Respondió bastante animada.

---Vaya, para serte franco pensé que no atraparias ni un resfriado.

Ambos reímos tras mi comentario pero mi sonrisa se esfumó en cuánto la observé acercarse a mi peligrosamente, era una mujer muy hermosa sin duda.

Es la mujer de Israel...

---Tal vez tu y yo podríamos...

Se me estaba insinuando muy abiertamente y yo me quedé anonadado tras su interesante propuesta.

---Si...podríamos pasarla bien, lo se, pero no linda.

Aparté sus manos que hace un par de segundos habían estado apoyadas sobre mis hombros.

---Pero...

No quize seguirla escuchando y me fui dejándola sola ahí.

Antes de llegar a mi carpa observé que Sofía estaba diciéndole cosas al oído a Israel, y me di cuenta que esa fue la gota que derramó el vaso.

Narra Sofía

Me había costado tanto separarme del grupo de jóvenes hasta que por fin y lo había logrado.

La hija de mi sirvientaWhere stories live. Discover now