Mamá

48.6K 2.8K 321
                                    


---¡Hey linda! ¡Despierta!

Escuché una voz susurrarme.

---¿Qué?

Me levanté recordando donde me encontraba, mi cuello dolía como los mil demonios.

---No quería despertarte pero tuve que hacerlo.

Habló nuevamente Ethan.

---Gracias.

Bebí un poco del café que mi acompañante había conseguido para mi.

---Deberías ir a tu casa Ethan no es necesario que...

---Me iré, pero luego de que veas a tu madre.

Afirmó con tono serio, apreté su mano en agradecimiento.

La mañana había transcurrido rápidamente, Lorena había llegado y ahora mismo yo ya estaba con mi madre.

---¿Cómo te sientes?

Le cuestione mientras la observaba detenidamente.

---Bien mi amor, gracias por cuidarme.

Me regaló una gran sonrisa.

---Te amo mamá, no sabes lo que yo haría por verte bien y poder conservarte conmigo para siempre.

---Oh cariño , ven aquí mi vida.

Como pude me recoste junto a ella y apoyé mi cabeza ligeramente en su pecho.

---En cada paso que des en tu vida, ahí estaré.

Sabía que eso sería asi, evite ponerme sentimental y enseguida cambié de tema.

---Hoy vendrán a visitarte las muchachas.

Y si, las chicas que trabajaban en la casa vendrían a visitarla más tarde, ya que se habían quedado muy preocupadas por ella.

---Maquillame un poco, creo que estoy muy pálida, además hay unos doctores muy guapos aquí.

Reí ante su comentario.

---Qué vanidosa eres mamá, pero tranquila, ya verás como voy a dejarte de linda.

Días después...

El hospital se había convertido en mi nuevo hogar, pasaba ahí día y noche, al igual que Lorena, hasta que afortunadamente a mi madre le dieron el alta debido a se encontraba mucho mejor.

---¡Hola mamá!

La saludé mientras entraba a su habitación.

Besé su mejilla.

---Hola mi amor.

Saqué de mi cartera mi bolsa de maquillaje como todos los días.

---Hoy quiero estar muy guapa.

Anunció y yo empecé a maquillarla.

---Dorian...¿No ha vendido a verme?

Me detuve e hice una mueca de molestia.

---Mm...no, pero ya verás que pronto lo hará.

Apreté mi mandíbula debido al coraje que sentía en ese momento, no quería amargarme el día pensando en él.

---Los dos son lo más importante que tengo en mi vida y siempre los amaré.

Ese imbécil no se merecía que mi madre lo quisiera.

Continúe con lo estaba haciendo durante un par de minutos, ahora maquillaba sus ojos pero no había podido continuar porque ella de repente los había cerrado.

La hija de mi sirvientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora