Cena

52.3K 2.6K 181
                                    


Había pasado una semana desde que dejé de asistir a la escuela para pasar más tiempo junto a mi madre.

---¡Ahh! ten cuidado hija.

---Lo siento mamá.

Me encontraba haciéndole un hermoso peinado, ya que hoy iríamos a cenar a un restaurante junto con Dorian.

---Listo!!! ahora si mirate en el espejo.

La había maquillado y peinado, se veía demasiado hermosa.

---¡Wow! ¿Esa soy yo?

Sonreí ante su comentario.

---Claro que eres tu, ya veo a quién herede el ser guapa.

---Estoy irreconcible.

La observé mirarse frente al espejo un buen rato antes de ir a cambiarme. Afortunadamente mi madre se veía bastante mejor en cuánto a su salud.

Me duche rápidamente para después colocarme un sencillo vestido negro ajustado al cuerpo que me llegaba un poco más arriba de la rodilla. Tomé unos zapatos puntudos color rojo con taco de aguja, junto con una cartera del mismo tono. Después de colocarme los tacones me puse un poco de labial rojo y máscara para pestañas antes de salir directo hacia la habitación de mi madre.

---¿Ya estas lista ma?

Entré a la habitación y observé que se encontraba sentada al borde la cama.

---Si cariño.

Respondió sonriente.

---¿Y Dorian? Se ha tardado más que nosotras.

Miré mi reloj notando que ya eran las 8 pm, supuestamente a las 7y30 pm debíamos estar listas, pero él no daba señales de vida, iba a ir a buscarlo cuando de repente apareció.

---Están hermosas.

Dijo al vernos, su exquisito perfume inundo mis fosas nasales. El vestía una camisa blanca y un pantalón negro, a el todo le quedaba bien.

---Gracias.

Respondió mi madre mientras que yo lo miré detenidamente.

---¿Nos vamos?

Al preguntar se dirigió hacia mi, claro, yo me había quedado mirándolo fijamente sin percatarme de que mi madre y él, ya estaban casi en la puerta.

---Ah...si, vamos...vamos.

Respondí nerviosa.

Bajamos las gradas y nos dirigimos a la salida de la mansión, un Ferrari negro se encontraba estacionado ahí.

---Suban por favor.

Algún día seré la señora Deluxo y este carro o algún otro parecido será mío.

Mi madre y yo subimos a aquél hermoso auto.

---¿Y a dónde vamos?

Le pregunté al castaño mientras conducía, me miró un par de segundos pero pude notar que su mirada se dirigió hacia mis piernas, sonreí.

---A View.

Respondió tranquilamente.

---¿Qué?

Para ir a ese restaurante había que reservar con 6 meses de anticipación.

Me miró curioso.

---¿Hay algo de malo en el? ¿No te gusta el lugar?

Estaba atónita, nunca había podido ir a un restaurante tan caro, claro para el era tan fácil.

---No cariño claro que no, es solo que nunca hemos ido a ese lugar.

La hija de mi sirvientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora