La granja

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La semana había transcurrido muy rápido y me sentía más que feliz, ya que hoy viajariamos a la granja.

---Esta bien Andrés no hay problema, ve en el avión, yo viajaré en uno comercial.

Al parecer el avión privado de Dorian había sido usado por Andrés, por asuntos de trabajo.

---Y bien¿Están listas?

Nos preguntó Dorian a mi madre y a mi, ambas teníamos nuestras maletas ya hechas.

---Más que listas.
Respondí de inmediato.

---Las espero en el auto, iré a ver algo en mi habitación.

---Esta bien, cariño.

Mi madre tomó mi mano y nos dirigimos al vehículo, una de las muchachas de servicio me ayudó a cargar las maletas.

Pronto Dorian bajó y el chófer nos llevó al aeropuerto, ya estando ahí, él castaño se encargó de absolutamente todo en cuanto nuestro viaje.

---Vamos princesas, el avión nos espera.

¡Dios! ¿Qué acaso él no podía ser más lindo?

Íbamos en primera clase, mi madre y yo, nos sentamos juntas, Dorian estaba en un asiento contiguo.

Llegamos a nuestro destino y enseguida bajamos del avión, había un vehículo esperando por nosotros en el aeropuerto.

---Buenas tardes, señor Deluxo, señora y señorita, es un placer tenerlos aqui.

Los tres subimos a una gran camioneta Ford de doble cabina en compañía de aquél sujeto que nos recibió.

---Él es Alonso, él es el capataz de la granja.

--Es un placer conocerlo caballero.

Agregó mi madre con gentileza, yo solo lo saludé con mi mano.

El camino fue un tanto extenso, Dorian y su capataz hablaban de cosas específicas de la granja hasta que detuvo el carro.

---¡Hemos llegado!
Exclamó Alonso.

Hacia bastante calor y había una enorme casa de madera frente a nosotros, el verde pasto cubría toda la estancia, plantaciones y animales completaban aquél gran paisaje.

De la casa salieron varias personas que analicé rápidamente, hasta que una chica, que juraría era el vivo retrato de Hanna Montana se acercó a Dorian para abrazarlo con gran emoción.

---¡Viniste!
Le dijo mientras lo apretaba contra ella, él parecía estar igual de emocionado.

grrr...

---!Pero mira como has crecido! ¡Estas enorme!

Afirmó el castaño mientras se separaban de aquél efusivo abrazo.

---Si, y tu estas igual de guapo de lo que recuerdo.

Está niña quería morir pronto, pensé.

Aburrida de ver aquella imagen mi mirada se posó sobre el vaquerito que estaba junto a ella, el cuál me observaba con morbo y sin disimulo alguno, este chico me recordaba mucho a Woody Pride(El vaquero de Toy Story), reí internamente.

---Déjenme presentarlos, ella es Sara y Sofía, viven conmigo en mi casa en New York, ellos son Lizzie y Larry, hijos de Alonso.

---Mucho gusto.
Se acercó mi madre dándoles un beso en la mejilla a ambos.

Cabe decir que la sonrisa de aquella chica se esfumó luego de que Dorian nos presentó.

---¡Qué tal!
Dije fingiendo emoción y estrechando las manos de aquellos chicos.

La hija de mi sirvientaWhere stories live. Discover now