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Advertencia: El siguiente capítulo contiene escenas subidas de tono y lenguaje sexual explícito.

---¡Abre esa puerta Sofía!

Dorian exigía que le abriera la puerta de mi habitación pero yo me negaba a hacerlo.

---¡Vete! ¡No quiero hablar contigo!

Le grité luego de acostarme y meterme entre las sábanas.

Luego de un par de minutos dejó de insistir y justo cuando pensé que se había ido, entró a la habitación.

---¿Cómo es que entraste?

Levantó su mano indicándome un llavero que tenía en ésta.

---Tengo las llaves de todas las habitaciones que hay en este departamento.

Frunci el ceño cuando lo observé acercase más a mi.

---¿Qué es lo que quieres?

Le pregunté fastidiada.

---En realidad yo solo quería...

Se sentó en el borde de la cama y me observó un par de segundos, su rostro lucia visiblemente abatido.

Se acercó más a mi y yo me levanté de la cama para enseguida cruzarme de brazos.

---Quería ver que estuvieras bien, me siento tan feliz de que estés a salvo Sofía...créeme que si algo llega a pasarte...me muero.

Se abalanzó hasta a mi y me abrazó dejándome totalmente desconcertada.

No correspondi a su abrazo en ningún momento.

---Si claro.

Se separó de mi tras escuchar mi comentario.

---No me crees ¿Cierto?

Una sonrisa amarga se dibujó en su rostro.

Idiota.

---La verdad es que tengo sueño y me encantaría que te fueras para al fin poder descansar.

Levantó sus cejas y suspiró posteriormente se puso de pie.

---De acuerdo, no te molesto más, que descanses.

Salió de la habitación y yo volvía a acostarme, moría del sueño.

Al día siguiente...

Según me había informado el agente Cárdenas todos mis amigos se encontraban bien. Eso me dejó más tranquila, ya que hasta ese entonces no había mantenido contacto ninguno de ellos. Hoy se llevaría a cabo el entierro de Sabrina, estaba indecisa entre sí ir o no pero finalmente decidí no asistir.

Me encontraba en mi habitación cuando de repente el castaño entró a en ésta.

Estaba tan lindo como siempre.

¡Maldito infeliz!

¿Por qué tenía que ser tan sexy y varonil?

---¿Piensas quedarte todo el día en la cama?

Se colocó frente a mi.

---En realidad quisiera que los dos nos quedáramos en la cama.

Modo puta: On.

Me levanté y me pare frente a el, solo traía puesto un hilo dental.

---Quiero estar contigo.

Me miró sin disimulo alguno y con la punta de su dedo rozó mi ombligo para luego subir lentamente.

La hija de mi sirvientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora