La última vez

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Advertencia: El siguiente capítulo contiene escenas con alto contenido sexual y lenguaje explícito.

Narra Dorian

---No sabía que Sofía tuviese un novio.

Me quedé callado ante el comentario emitido por Renata.

---Y que además fuera tan guapo y acaudalado.

Me levanté de la mesa dejando mi desayuno casi a la mitad.

---Pues ahora ya lo sabes, iré a ducharme.

Hoy vendría Ernesto a hablar con Sofía. Anteriormente pensé en la posibilidad de llevarla a un psicólogo pero el insistió en seguir tratandola aduciendo que había avanzado bastante con ella.

Mientras el agua caía en mi cuerpo no podía de dejar de culparme por todo lo que le había sucedido en las últimas semanas, Sara quizás estaba decepcionada de mi en dónde sea que estuviese.

Salí de la ducha y me coloqué una toalla para después cambiarme.

(...)

---Hola Ernesto, me alegra mucho verte.

---A mi igual Dorian. ¿Cómo has estado?

Según sabía durante el secuestro el había sido maniatado y golpeado, pero aparentemente ahora se encontraba bien.

---Muy bien gracias. Toma asiento por favor.

---Y dime ¿Dónde está mi paciente?

Nos sentamos en los muebles de la sala principal.

---Debe estar por llegar.

Esperaba que así fuera, ya que antes de que se marchará le mencioné que debía estar aquí a las 3 pm.

---Cuéntame ¿Cómo se encuentra ella?

---No lo sé, pareciera que hubiese olvidado lo que le ocurrió en el internado. Es bastante extraño.

---Cómo ya te lo había comentado anteriormente, Sofía carece de inteligencia emocional. De hecho, al comienzo pensé que se trataba de algo más grave para serte franco.

Miré a Ernesto con preocupación.

---¿Algo grave?

Cuestione desconcertado.

---Si, pensé que sufría de un trastorno de personalidad llamado asperger, basado en los test que le realice.

---¿Debo preocuparme?

Suspire con profundidad.

---No en realidad. Con el pasar de los días seguí conociéndola mejor y note que afortunadamente ella no sufría de este tipo de trastorno.

Escuchamos que la puerta se abrió y enseguida Sofía se hizo presente acompañada del idiota que decía ser su novio.

---¿Ernesto?

La sonrisa de esa niña era hermosa.

---!Sofía! ¡Qué gustó verte!

El psicólogo y ella se abrazaron, atrás de ambos se encontraba Kozak observándolo todo.

---¿Qué hacés aquí?

---Necesitaba saber de ti ¿Acaso has olvidado que eres mi paciente?

---Rhett muchacho ¿Cómo estas?

El dichoso novio de Sofía se acercó a ellos.

---Bien Ernesto, gracias por preguntarlo.

No desaprovecharia el momento de hablar con el mocoso a solas.

La hija de mi sirvientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora