Regreso

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Al fin habíamos regresado a casa, no me cabía tanta felicidad en el pecho, la verdad es que ese viaje no había resultado ser como lo espera pero bueno, al menos ahora ya me encontraba en mi cómoda cama revisando mis redes sociales para ponerme al día.

E: ¿Dónde estás?

E: Ya me enteré que andas arriando el ganado y ordeñando vacas..

Rei al leer ese mensaje.

E: ¿Cuando vuelves?

Dylan: Hola Sofía, me preguntaba si te gustaría salir a tomar algo esta noche, avisame ¿?

Jhon: Hola barbie ¿Cómo estás?

Tomás: El encontrarte en el parque el otro día...me alteró demasiado, necesito volver a verte.

Rodee los ojos al tener el buzón lleno de mensajes pero me dio tanta pereza leerlos que volví a colocar mi móvil sobre la mesita de noche sin responder a nadie de los que me habían escrito, estaba muy cansada, solo deseaba dormir.

Luego de cenar subí de inmediato a mi habitación ya que moría de sueño, me duche para rápidamente meterme dentro de las sabanas.

---Sofi...
Abrí los ojos sintiendo unas manos frías abrazándome por la cintura, sonreí al notar de quien se trataba.

---Qué..
Susurre adormilada pero me tense al sentir que sus manos se adentraban en el interior de mis bragas.

---No tengo sueño, no puedo de dejar de pensar en ti.

Un pequeño gemido se escapó de mi boca al sentir que introdujo sus dedos dentro de mi.

---Dorian...
Me voltee para mirarlo de frente y besarlo.

Era increíble lo que me hacía sentir con sus besos y sus caricias, me volvía loca.

---No sabes las ganas que tenía de...
Dijo cerca de mi cuello mientras escuchaba que rompía una envoltura.

---De ésto.
Me tomó por las piernas levantándolas por los costados para colocarse en medio de ellas, me quitó las bragas y empezó a penetrarme muy delicadamente.

---Ahh..
Volvió a atrapar mis labios con los suyos. Lo sentía cada vez más profundamente dentro de mi una y otra vez, sin duda este era el lugar en donde siempre quería estar, este era el lugar a donde siempre iba a querer regresar.

---Te quiero...
Le dije jadeante, Dorian se detuvo mirándome con asombro un par de segundos para luego sonreír y volverme a besar.

Posteriormente me abrazó con fuerza y siguió moviéndose cada vez más intensamente haciendo que estallará algo dentro de mi, lo sentí estremecerse entre mis brazos hasta que un gruñido ronco salió de su boca indicando que él también había llegado como yo, agotado se recostó sobre mi pecho respirando bastante agitado.

---Eres cruel, no me dejas dormir.
Refunfuñe empujandolo de mi lado.

El castaño se levantó y se dirigió al baño para volver en un par de segundos.

---Él otro día me levantaste tú, así que estamos a mano.

Volvió a acostarse y me abrazó por detrás, colocando sus manos sobre mis pechos.

---Pero tu estabas despierto ¡Eso no se vale!
Reclame entre risas.

---Descansa mi amor, mañana tienes que ir a clases.

La hija de mi sirvientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora