La mujer perfecta

44.7K 2.6K 464
                                    


Narra Sofía

---¿Por qué está así? Yo no hice nada.

Expresé inocentemente.

---Aveces solo ocurre y ya.

El castaño aún se mantenía acostado boca abajo.

---Si claro, bueno vuelvo en un segundo, no te muevas.

Demande antes de ponerme de pie y salir corriendo en búsqueda de algún aceite en el baño, me pareció haber visto uno ahí.

---¡Aquí está!

Tomé el pequeño frasco y me dirigí rápidamente hasta donde estaba mi amor.

---Ya estoy aquí...

Parecía estar casi dormido cuando llegué hasta él.

Coloqué un poco de aceite en su espalda para con suavidad empezar a masajearla.

---Esto se siente excelente.

Habló de repente, aquello me motivó a continuar con mi trabajo. Quién sabe y tal vez podría llegar a ser una masajista profesional a futuro.

---¡Vaya! si que estas estresado.

La parte de atrás de su cuello se encontraba muy dura y rígida.

---Qué buena eres con esto...

Afirmó con voz ronca.

No pude evitar mirar su hermoso trasero, parecía que me hablaba para pedirme que lo azotara.

¡Oh Dios Santo!

Fue imposible para mi contenerme y sin pensarlo más, le di una fuerte  nalgada.

---¡Auch!

Lo escuché quejarse.

---Lo siento, fue sin querer.

Quién lo mandaba a tener un culo tan bonito.

---Ahora si, adelante.

Enseguida lo vi girarse para quedar  boca arriba con sus ojos entrecerrados.

La luz que iluminaba la habitación era tenue, lo cuál le daba un toque romántico y erotico al ambiente.

---Lo que ordené su majestad.

Expresé con tono burlón.

Masajee sus brazos su pecho, abdominales y piernas, pero mi mirada se posó sobre su miembro erecto.

---No te fijes en el y continúa.

Moría por tocarlo.

Volví a masajear sus tonificadas piernas para finalmente acostarme a su lado. Sin duda Deluxo tenía un cuerpo de infarto.

---Buena niña, te has ganado el cielo, ahora si ve a tu habitación a descansar, buenas noches.

Quedé atónita ante su petición e hice un puchero.

---Déjame dormir aquí contigo.

Tenía la esperanza de almenos sentirlo junto a mi aunque sea para dormir.

---Nop.

Sus ojos estaban completamente cerrados.

---Porfis...

Suplique esperando a que se apiadara de mi, la habitación en la que a mi me tocaba dormir era un tanto lúgubre, realmente no quería dormir ahí.

---Ya te dije que no.

Lo vi darse la vuelta dándome la espalda casi por completo para luego quedar totalmente inmóvil. No pasó mucho tiempo cuando noté que su respiración se habia tornado un poco más fuerte, aproveché aquello y me acurruque a un lado suyo.

La hija de mi sirvientaWhere stories live. Discover now