Invitación

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---¿Examen?

Miré horrorizada la hoja que el maestro de literatura colocó sobre mi escritorio.

---Si señorita Sanders ¿Acaso lo olvido?

Tragué saliva con dificultad.

---¿Por qué no nos lo recordó?

Miré al maestro desconcertada.

---Qué bromista es usted, lo repetí más de tres veces durante esa semana.

---¡Bueno señores ya pueden empezar!
¡Suerte a todos!

Anunció el maestro antes de volverse a sentar en su asiento.

Nada más mire la primera pregunta para darme cuenta que reprobaria.

Los minutos transcurrían y yo empezaba a desesperarme, hasta ahora sólo había colocado mi nombre en aquella hoja.

Miraba hacia todos lados esperando que alguien me ayudará pero era inútil ya que todos parecían estar demasiado concentrados en lo suyo.

¡Malditos nerds!

Empecé a observar el trayecto de una mosca que volaba a mi alrededor, era muy rápida y se dirigió directo hacía el idiota de Rhett, vaya hasta las moscas se le pegaban, hice una mueca de desagrado.

---Sanders...concéntrese en lo suyo.

Amenazó el maestro mirándome reprobatoriamente.

Bajé la mirada hacia mi examen figiendo estar concentrada en el,hasta que escuché unos pasos detrás de mi, era el ruso quién se había puesto de pie y quien al parecer había concluido su examen, antes de pasar por donde yo me encontraba se colocó de  espaldas a mi, para con cautela extenderme un diminuto papel, el cuál tomé sin pensarlo dos veces.

Rápidamente desenrolle el papel en mis manos y ahí estaba.

!Eureka!

Eran todas las respuestas del examen.

Más tarde al finalizar las primeras horas de clases me acerqué a Rhett, aunque me costará admitirlo el me había salvado el pellejo.

Ahora mismo se encontraba sentado en su banca y yo estaba parada frente a el.

---Gracias..gracias por ayudarme.

Me miró de pies a cabeza.

---No es nada.

Dijo con tono desinteresado.

---¡Bueno señores tomen asiento!

La clase de matemáticas había empezado y yo procedí a volver a mi asiento.

(...)

---¿Ya vieron el cabello de Sabrina?

Comentó Mario, el pobre ya estaba mejor.

Voltee a ver a la rubia y quedé espantada.

---¡Santa madre! ¿Pero que carajos le hizo a su pelo?

Su cabello ya no era rubio ahora llevaba una hermosa melena negra.

---Me pregunto ¿A que os debe su repentino cambio de look?

Comentó Carmen con intriga mientras yo miraba a Pablo un tanto extrañada porque parecía tomar nota cuando hablabamos pero le reste importancia.

---Es obvio mi amor, ella quiere imitar a Sofía, ahora que sabe que su ex se muere por ella.

Soltó Mario de repente.

---Es verdad, todos rumoran que Kozac se muere de amor por ti.

Mi boca cayó al suelo al escucharlos, sabía que le gustaba a Kozac pero no tenía idea de que la gente supiera de aquello.

La hija de mi sirvientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora