Seres de la Oscuridad SDLO [VampireAndWolf]

Capitulo 45 parte 2

"El lobo había sido derrotado, su cabeza torcida chocaba contra el piso indicándole a la pequeña que estaba muerto, viendo entre lágrimas como sus padres eran alejados de ella, perdiéndolos para siempre... O al menos eso es lo que todos pensaban... después de todo era la perspectiva la que distorsionaba la historia.

Hakuro vio a sus padres caer y pensó que los habían matado, pero no se le podía culpar si en ese entonces era solo una niña ¿Cómo podría saber que solo los noquearon? ¿Qué iban a ser llevados por el capricho de aquel cruel vampiro a un escondite lejos de toda población?

Lili había despertado rodeada de vampiros, asustada por el final de su marido, se había atrevido a pelear contra todos ellos en caso que lo hubieran matado y solo había conseguido que jugaran con ella, tocando partes que solamente un amante o un marido deberían apreciar. Nunca la violaron, nunca la mordieron, simplemente la humillaron por días esperando que alguna vez llorara y suplicara, deseaban quebrar a la débil humana que había logrado enamorar a un feroz lobo, solo que nunca lo hizo.

Los lobos eran territoriales, marcaban a sus compañeras para protegerlas y reclamarlas.

Para Lili era una conexión que iba mucho más allá de los lazos afectivos. Su corazón le decía que Shuka estaba vivo y por él no gritaría, sabía la culpa que llegaría a sentir si veía lo poco que la protegió, ella decidió en el mismo momento que despertó que sería fuerte por su marido. Esperando poder verlo, tocarlo, abrazarlo y amarlo.

No sabía que su marido estaba siendo lastimado, rehusándose a ser humano otra vez, estaba gruñendo y mordiendo a cualquier vampiro que se le acercara con cadenas, incluso habían traído palos eléctricos con tal de que dejara esa forma.

El estar enjaulado no era un problema, podía sobrevivir al encierro, pero sabía lo que los vampiros planeaban hacerle y no estaba dispuesto a ser su juguete. Había visto los grilletes, no era necesario imaginar de qué estaban hechos.... Querían incapacitarlo. Un hombre lobo envuelto en plata era incapaz de cambiar, si llegaban a lograr su cometido viviría una tortura eterna.

Hay hombres que dejan su humanidad de lado para volverse bestias, lobos muchos más grandes, más peligrosos y cero racionales, solo vivían de lo que sus instintos le decían. Si un hombre dejaba de lado a su animal el problema era la impotencia, encerrar a una bestia seria una causa de mucho estrés como para aguantarlo, la sensación de agobio y los posibles ataques de ansiedad se volverían cada vez más frecuentes. Shuka no dejaría que eso le pasara, necesitaba encontrar a su rubia y largarse de ahí, tenían a una pequeña a la cual criar y amar.

Mioda Natsuki era uno de los vampiros más viejos y puros, su poder había tomado por sorpresa a todo su clan, incluso Shuka tuvo que admitir que sería difícil huir de él, después de todo fue ese vampiro quien lo capturo.

- Ya me estoy cansando de esto – Había dicho Natsuki pasado una semana. – Esperaba que el estar tanto tiempo de esa forma peluda te aburrirías y volverías a tu piel pero... veo que me equivoque. Lástima, pero no tengo tu tiempo – Agito una mano para dar una señal. – Tengo hambre y eres uno de los pocos lobos que me traje, así que si no cooperas conmigo temo que deberé tomar medidas algo drásticas.

Un grito cortó la respiración de Shuka, sus ojos enfocados en la pequeña figura de su esposa siendo arrastrada por unos vampiros. Su ropa exponía sus jugosas piernas y dejaban ver mucho de sus pechos, tuvo que gruñir ante eso, sintiendo el putrefacto aroma de esos desgraciados en todo su cuerpo.

- ¡SHUKA! – Gritó Lili, feliz de verlo por fin. – Oh Dios, mi lobo feroz ¿Qué te han hecho?

- Nada que no pudiera aguantar – Le aclaró Natsuki acercándola a él. – Mira lobito, es tu pareja ¿Quieres saber lo que le han hecho a ella? – Expresó con burla, intento que se callara pero solo consiguió que le cubrieran la boca. – Has estado una semana así ¿Ni siquiera imaginas lo que le ha pasado a tu esposa? ¿Tan poco te importa? – Se rió. Poniendo su nariz en el cuello de Lili, asustándola y enojando a Shuka. – Sabes lo que tienes que hacer ¿No? Quiero tu sangre y si no me la das me tendré que conformar con tu esposa y ¡Mira! Está marcada, supongo que podría reemplazar tus colmillos por los míos ¿Qué te parece?