Capitulo 47

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[Narrador Omnisciente]

Poco a poco la consciencia de Hakuro se perdía en un rincón de su mente, con cada golpe o rasguño que le propinaba a Natsuki los recuerdos de su infancia se apoderaban de ella, alejándola de la realidad, aumentando una furia que apenas y controlaba, su loba ya comenzaba a mostrarse en su piel de tal forma que la ropa que traía se estaba rompiendo.

Lo único en la mente de Hakuro era asesinar al monstruo de sus pesadillas. Al asesino de sus padres.

No le importaba mucho la ropa, que se rompiera le daba lo mismo, sabía que había un conjunto negro de entrenamiento escondido cerca de donde estaban, por lo que cuando se rompiera está bien podría ir a cambiarla.

Daichi por su parte trataba de ayudar a la anciana a mantenerse con vida, la hemorragia que tenía era imposible de detener pues una parte de su abdomen dejaba expuesto lo de adentro, era obvio que Natsuki cuando la lastimó esperó matarla rápidamente y de hecho lo estaba logrando.

No le quedaba mucho tiempo.

Él lo sabía y ella obviamente también.

Incluso, si no hubiera sido lastimada, Nagi había visto su futuro... O mejor dicho NO lo había visto. Una vidente cuando solo observa oscuridad en su sueño acompañado de un vacío es porque su futuro se acabara pronto. Tras soñar con Miyuki ella había dejado de ver los colores de su vida.

Por eso había huido.

Quizás debió haberse quedado con los Yamainu pero ya no era algo que importara mucho.

Además, no es como si le temiera a la muerte, ya estaba vieja y sus huesos hace tiempo que le daban solo problemas. Pero tampoco quería que Hakuro sufriera, le había tomado cariño a esa loba y sabía que el sentimiento era mutuo, aquella niña tan amorosa y cálida ya había visto mucha muerte y no deseaba enseñarle otra.

En su agonía podía ver a la chica pelear con garras frente al monstruo que siempre le quitó todo, su sangre comenzaba a mancharla... Una esencia corrupta que si no se detenía contaminaría el espíritu que ella tenía.

La venganza no era algo que Hakuro debiera abrazar con fuerza.

No cuando le faltaba tan poco para su encuentro.

Haciendo un esfuerzo descomunal trató de levantarse, escuchando al terco e irrespetuoso lobo exigirle que se recostara y descansara, como si no supiera ya que dentro de poco descansaría para siempre, antes prefería aprovechar estos momentos y hacer algo por esa chica. Es más, los últimos momentos de su vida la llenaban de más adrenalina, era perfecto pues la mantendría activa y sus dolores no serían tan fuerte... Si no los sentía, no los recordaba y no la limitaban.

Pero antes de acercarse a la loba, agarró de la ropa a Daichi y lo acercó a su cuerpo.

- Puede que seas terco, pero quiero que te tomes un minuto para ver el tesoro que se te escapa de las manos - Se tomó una pausa, sabiendo que lo siguiente era un tema delicado para él. - Sé que amabas a tu esposa y que los lobos solo se unen una vez, pero esa mujer que está peleando ahora no es completamente loba. Las reglas no la rigen a ella y tampoco te rigen a ti si deseas permitir que viva en tu vida.

Gracias a Lili y Shuka, muchas de las reglas e instintos animales no aplicaban a su hija. De hecho su sola existencia conseguía sobrepasar las expectativas, ya que una mujer humana tiene pocas probabilidades de llegar a término su embarazo. Era y todavía es muy ocurrente que los bebes entre razas no alcancen a desarrollarse completamente y fallecen en el útero o las madres experimentaban abortos espontáneos ya que sus cuerpos no soportaban el gen ajeno. Hakuro de hecho es la primera cría viva entre dos razas.

Seres de la Oscuridad SDLO [VampireAndWolf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora