Hurs Waldorf, la bestia, como muchos lo llaman no es mas que un peleador salvaje y regenteador de un casino para el que no hay más futuro que envejecer haciendo lo que sabe y dejar atrás aquello por lo que fue desterrado; sin embargo, los pecados de...
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—¿Piensan hablar o se los saco a golpes? —dijo mirando de uno a otro.
—Siempre pidiendo las cosas por las buenas —dijo Max mientras veía a su amigo acomodarse la camisa.
Parker se sentó sobre el sofá mirando alrededor.
—Dime que no lo hicieron aquí —dijo mirando el sofá.
—Déjense de estupideces —amenazó empezando a fastidiarse.
Escuchó el sonido de la puerta. Se apresuró a abrir para ver a Maddox en la entrada que señaló su labio.
—¿Qué te ha pasado? —preguntó.
—Se cayó —dijo Max.
—No, en realidad tuvo una pelea salvaje —dijo Parker con una seriedad que Maddox no lo dudó.
—Es la primera vez que lo veo herido —manifestó antes de sentarse a un lado de Parker.
—Es que esta vez era un contrincante inteligente —dijo siguiendo la línea de su declaración.
—Sí, pero aún así Hurs siempre ha salido vencedor —dijo un sorprendido Maddox.
—Querida Maddy el retador era feroz —dijo Parker—. Peleaba sucio también.
Maddox miraba a Hurs sin poder creer que eso tuviera un mínimo de verdad.
—¿En serio has peleado? —dijo asustado—. Si te han roto el labio solo significa dos cosas, o el otro peleador tenía 100 kilogramos más o bien estás haciéndote viejo. ¿Quién va a defendernos ahora de los golpes? Eras el antibullying.
—Peor aún —dijo Max—. Era peleadora. Salvaje por cierto.
Hurs miraba a sus amigos sabiendo que no iban a dejarlo en paz.
—De grandes pestañas, uñas acrílicas, mejor manicura que Max y por supuesto con enormes razones para someter a Hurs —dijo haciendo una seña para dar a entender que tenía tetas.
—¡Oh! Ya veo —dijo riendo—. Fue violencia doméstica entonces.
—Así es —dijo Max.
—Empiezo a creer que la violencia de género en los hombres sí existe —dijo Parker—. Basta ver cómo dejaron a esa pobre criatura inocente.
Maddox estaba riendo y burlándose de su amigo aprovechándose y disfrutando después de que él había sido muchas veces el blanco de los otros.
—Supongo entonces que hará una denuncia —dijo siguiendo el juego—. Vamos a convertirte en un mártir y un luchador social.
—¡Hagamos una fundación! —dijo Max.
—No habrá tal denuncia —dijo Parker—. Ya sabes, siempre vuelven con el agresor y aclaro no es porque le gusten los golpes como todos decimos. De hecho nadie te va a juzgar si vuelves con ella —continuó—. Estamos conscientes de que volverás por la codependencia y vamos a apoyarte, de hecho te apoyaremos tanto que vamos a ir contigo la próxima vez. Si han dejarnos peor que santo Cristo que sea a todos.
