—Ya llegó —dijo Brooke—. Viene con sus amigos.
—¿Dónde estabas? —preguntó Scarlett enojada.
—Amor —dijo Hurs alargando la o y acercándose mientras Brooke miraba a Maddox tambaleante.
—¿Por qué no las llevo a casa señoritas y golpean a sus hombrecitos mañana? —dijo Max temiendo que ebrios como estaban dijeran algo de más.
—No quise hacerlo —dijo Hurs soltándose a llorar mientras abrazaba a Scarlett.
El nerviosismo de Max aumentó.
—Deja que lo lleve dentro y las llevo —dijo pero Scarlett se negó.
—Voy a quedarme con él —dijo autoritaria—. Puedes llevar a mi hermana y a tu amigo.
Brooke abrazaba a Maddox que escondía el rostro en el cuello mientras Max sin alternativas sacó la llave de Hurs y abrió al puerta guiandolos a los dos a la habitación.
Recostó a su amigo y miró a Maddox antes de sacarlos de ahí no sin antes despedirse de Hurs.
Se fue nervioso de que algo no estuviera bien pero al final no podía hacer nada.
—¿Por qué estás borracho? —dijo Scarlett sumamente enojada—. Se supone que ya tenemos una relación y me dejaste en casa sin más y no tomaste mis llamadas. ¿De qué se trata?
—Soy yo —dijo sin saber que se estaba condenando—. Yo tengo la culpa de tus males.
Scarlett frunció el ceño y pestañeó confundida.
—Yo te amo, creo —dijo Hurs—. No sé lo que siento ahora mismo, pero quiero pedirte perdón.
—Estás diciendo disparates —dijo ofendida—. Deberías dormir pero mañana vas a darme explicaciones y muchas.
Hurs la abrazó y de nuevo pidió perdón una y otra vez mientras lloraba y la abrazaba fuerte.
Scarlett no entendía de que le pedía perdón pero solo una cosa venía a su mente.
—Estuviste con una mujer —dijo asustada—. ¿Me pides perdón por eso? ¿Me fuiste infiel?
—¿Qué? No, no, claro que no —dijo con una media sonrisa—. Estaba con mis amigos embriagándome para olvidar, pero ya te vi y me volví a acordar.
—No estoy entendiendo —dijo con los ojos llorosos—. Olvidar qué, qué es eso tan malo que quieres olvidar de lo nuestro.
Hurs la observó y aunque no estaba en sus cinco sentidos, sí que recordaba lo que debía callar aunque le dolía la conciencia y el corazón.
—¿Ya te dije que eres la mujer más bonita? —dijo abrazándola.
—No me gusta que bebas —dijo ella—. Qué clase de inconscientes son para manejar ebrios, pueden provocar un accidente.
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DOMAR A LA BESTIA (EL CLUB DE LOS DESTERRADOS 2)
RomanceHurs Waldorf, la bestia, como muchos lo llaman no es mas que un peleador salvaje y regenteador de un casino para el que no hay más futuro que envejecer haciendo lo que sabe y dejar atrás aquello por lo que fue desterrado; sin embargo, los pecados de...