Hurs Waldorf, la bestia, como muchos lo llaman no es mas que un peleador salvaje y regenteador de un casino para el que no hay más futuro que envejecer haciendo lo que sabe y dejar atrás aquello por lo que fue desterrado; sin embargo, los pecados de...
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—Estoy esperando, mamá —dijo Scarlett—. Dime que no sabías que tu hija iba a ese casino y que no estaba tratando de negociar de la forma que fuera posible la deuda, dime que no intuías que cuando sale de noche y no vuelve es porque está con él, atrévete a negar que sientes alivio de se vaya a casar. Dime que no sabías que los celulares que tenemos fueron pagados por ellos, que comemos porque Maddox le da dinero. Niégalo.
Un silencio se hizo entre las tres que ninguna se atrevió a romper.
—Por supuesto que lo intuía —admitió mientras ella se soltaba a llorar y Brooke corría para abrazarla sin comprender lo que pasaba.
—¿De qué hablan? —preguntó una confundida Brooke.
—De que mamá es una hipócrita —respondió Scarlett con una sonrisa irónica—. Dice que yo no tengo derecho a tener una relación con Hurs porque quiere protegerme de un depredador y soy una lisiada estúpida que sueña con que un hombre se fije en ella pero que nadie lo hará. Dice todo eso mientras es consciente de que su otra hija prácticamente fue deliberada y consciente de lo que podía pasar directamente a la guarida de su verdugo. A ella le parece incorrecto y absurdo que Hurs tenga una relación conmigo pero no le parece incorrecto ni ilógico que hayas tenido que ir al casino a prácticamente venderte con Maddox. No ves lo justa y benévola que es.
Brooke miró a su madre que veía el piso y sollozaba.
—Eso aunque debería darte vergüenza, madre —dijo cerrando los ojos—. No dudo que Maddox quiera a Brooke ni que ella lo ame a él, sé que tampoco lo dudas, pero dime una cosa, ¿que hubiera pasado si ninguno se hubiera enamorado? Es obvio que igual no te habría importado y lo dejarías continuar.
—No es así —dijo su madre—. Jamás habría dejado que tu hermana hiciera algo contra su voluntad. Estás siendo muy dura conmigo. No quiero que te rompan el corazón, es solo eso.
—Un hombre que me lleva a un especialista para valorarme y regresarme la vista y que me escucha y me hace sentir como mujer y no como niña no puede ser malo —dijo sin inmutarse—. Hurs sabe tratarme como lo que soy, no me habla como niña, me pregunta lo que quiero, toma en cuenta mi opinión. Es tan difícil de entender.
—No lo dudo —dijo su madre—. Pero sigue siendo un extraño.
—No es un extraño para mí —dijo con convicción—. Quiero ir a vivir con él.
—¡Te has vuelto loca! —aseguró—. No voy a permitir que salgas de esta casa.
—Soy mayor de edad y soy una mujer que sabe lo que quiere y quiero estar con el hombre que me da mi lugar en la vida —declaró con convicción.
La mujer miró a Brooke pidiendo que interviniera pero está miraba a su hermana con una sonrisa tierna.
—Scarlett —dijo Brooke tomando su mano—. ¿Por qué no me dejas hablar con mamá? Después de que lo haga si aún quieres ir con él yo misma te llevo como siempre.
