Capítulo 47

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Hurs pensaba seguir hablando pero la llegada de Maddox lo silenció

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Hurs pensaba seguir hablando pero la llegada de Maddox lo silenció.

—Buenos días —dijo y los hombres se giraron.

—Maddox, que bueno que llegas —dijo Max—. Aquí los caballeros dicen que somos sospechosos de la muerte de un tal… ¿Cómo se llama?

—Walter Desktop —dijeron al unísono.

 La mirada de Parker sobre él intentaba dar la respuesta.

—No conozco a nadie con ese nombre —dijo y vio a Max respirar tranquilo.

—¿Dónde estuvo hace dos días entre las cuatro y las seis de la tarde? —preguntó uno de los agentes.

—En primera deberían identificarse que no soy adivino y en segunda estuve aquí —dijo sin ahondar al ver la mano de Parker señalando discretamente el escritorio para que diera esa respuesta.

—Soy el agente Dans y mi compañero el agente Mulder —dijo con incomodidad—. No hay manera de probar que estuvo aquí.

—Siempre que toca abrir el casino estamos aquí a esta hora —dijo con fastidio.

—Tenemos a un hombre que dice que fueron ustedes y que lo mataron a golpes y después le dieron un tiro —replicó observando su reacción—. Asegura que la disputa comenzó por un hombre llamado Albert Kannavage que les debía dinero.

—Efectivamente Albert Kannavage nos debía dinero pero llegamos a un acuerdo con su hija quien labora aquí —intervino Parker—. Estas son las nóminas de ella y el descuento que se hace como abono a la deuda. Este es el monto de adeudo y lo que queda por pagar.

 El hombre se acercó a ver los documentos que Parker se sacó de la manga y que ninguno tenía idea de dónde había sacado todo eso pero como siempre demostraba por qué era el mejor embaucador y el más inteligente.

—Repito que solo estoy investigando —respondió el hombre.

—Y yo repito que no tenemos nada que esconder —decretó Parker con seguridad—. Estuvimos aquí y cualquier empleado del turno puede constatarlo ya que llegan mucho antes para limpiar y mantener en orden todo antes de la apertura.

—Tengo entendido que usted es peleador —dijo mirando a Hurs.

   Si el agente creyó que Hurs se mosquearía este solo sonrió y se acercó un poco antes de responder.

—El mejor —respondió orgulloso.

—¿Podría mostrarme sus manos? —inquirió.

—Faltaba más —dijo extendiendo las manos—. Cómo peleador sé lo que busca y no encontrara nada, hace más de dos meses que no peleo. No hay marcas, bueno, solo está —dijo señalando algo en su mano—, pero es de la manicura, también me cuido, ya sabe, vanidad y en el salón donde me lo hicieron pueden constatar que me hirieron ahí.

DOMAR A LA BESTIA (EL CLUB DE LOS DESTERRADOS 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora