Prólogo.

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(Editado)

Enero 1 del 2019.

4 A.M. Doce horas del secuestro.

Cassey.

Esto fue una maldita mala idea.

Mis piernas queman de tanto correr, mi arma tiembla como gelatina en mi mano derecha, el cuchillo afilado en mi entrepierna se deslizó hasta mi rodilla –. Demonios, sabía que no debía usar vestido –. Mi garganta se siente seca, mi pecho quema y hace media hora perdí la capacidad de inhalar por la nariz.

Sí, estoy jodida.

Sus pasos se escuchan detrás de mí, pero no pienso detenerme –. No es una jodida opción, debo huir, necesito escapar –. Esquivo todos los árboles que se interponen en mi camino, mientras soy guiada por la luz de la luna que ilumina el sendero hacia la cabaña.

Necesito llegar ahí.

- ¡Detente! – grita jadeante – ¡Niña estúpida, ven aquí de una buena vez!

Santa mierda.

Mis piernas están a punto de ceder al suelo –. Joder no –, mi visión comienza a nublarse –. No, por favor –, pero enfoco mi vista en la pequeña cabaña. El humo sale de la chimenea, las luces están encendidas y cuatro coches me dan la bienvenida.

Están aquí.

- ¡Hey, tú! – exclama alguien en lo alto. Mis ojos se enfocan en un árbol, un pequeño punto rojo se centra en mi frente.

Mis pies no se detienen, pero el impacto es de inmediato. Es ahí cuando me detengo, estoy a salvo. 

Volteo hacia la víctima del disparo. Tres de cuatro hombres que me perseguían, se han quedado estáticos mirando el cuerpo sin vida del chico.

- Agárrenlos – ordena su voz enojada.

- ¡¿Qué?! – grita uno – ¡Esto es un maldito error! – comenta, forcejeando – ¡Es ella a la que deben atrapar! – me señala temeroso – ¡Trabajamos para Demon! – revela acelerado.

Alguien debió decirles que Demon y Damián dejaron de ser un equipo desde hace tiempo, pobre chico. Pongo mis manos en mis rodillas intentando conseguir un poco de aire. Una mano se posa en mi espalda dando pequeños masajes.

Oh, mierda. Gracias.

- ¿Estás bien, gatita? – pregunta preocupado.

Levanto una mano mostrando mi dedo índice –. Dame un segundo – digo asfixiada. Me enderezo lentamente y el mundo se mueve algo rápido. Él coloca una mano en mi espalda baja, dándome apoyo. Se acerca a mi rostro y lo inspecciona, sus ojos se oscurecen al notar el daño que dejó el gas pimienta en mi piel.

- ¡Señor no puede hacernos esto! – suplica el más joven, interrumpiendo nuestro momento – ¡Trabajamos para su primo!

- Mi primo no debe tocar lo que es mío – gruñe mi chico. Camina hacia el pobre hombre. Y Decidido, levanta su arma y dispara a las tres cabezas restantes.

Me impresiona un poco, pero no me perturba. Es la primera vez que veo a Damián matar a alguien. Es algo perturbador, pero en este momento es en lo último que puedo pensar.

Debemos salvar a Violetta.

- Ian, limpia todo esto – pide despreocupado. Guarda su arma y camina hacia mí.

Me toma en sus brazos y besa mi frente.

- ¿Sabes los problemas que tendremos con Demon por esto? – pregunta Ian con diversión, le encantan los problemas.

- Nunca debió llevárselas – responde –. Él quería guerra, pues tendrá guerra – se voltea caminando hacia la cabaña –. Reúne a todos.

- Lo que tú digas, Damián – hace una reverencia –. Nos volvieron locos a todos, Cassey. Y aún no aparece Violetta.

- Oye – suelto sin aliento –, no es mi culpa que me secuestraran – me defiendo.

- Debes tener más cuidado, cualquier loco puede secuestrarte – me reprende Damián.

- ¿Como tú lo hiciste? – pregunto, levantando una ceja. Él me sonríe feliz y besa mis labios rápidamente.

- Y lo volvería a hacer, gatita.


Prólogo editado. 2021

-K

RaptadaWhere stories live. Discover now