TRAS LAS HUELLAS DE SU NOMBRE - (Girl x Girl)

CAPITULO 43.- "Dañada por mi propia existencia"

CAPITULO 43.-

"Dañada por mi propia existencia"

Lena me observa atenta a cada uno de mis movimientos, a las expresiones en mi rostro y ritmo de respiración. A pesar de verse tranquila e inefable, puedo notar un atisbo de incomodidad y nerviosismo que a ratos no logra ocultar. ¿Será por el tema de conversación? O será un reflejo de mi propio nerviosismo.

-He visto fotografías de mi madre antes de mi nacimiento. Parecía feliz, resuelta y sociable. –digo al recordar la gran diferencia de su comportamiento durante mi infancia. Su constante rechazo, sus crisis y evasivas a salir de su habitación. –Odiaba que yo la tocara, odiaba cuando llegaba feliz a saludarla. –Trato de mantener mis pensamientos en orden, pero las imágenes de aquellos tiempos son llenas de detalles en mi mente.

¡Respira!

¡Tranquila!

-Terminaste por oprimir tus emociones –murmura Lena apretando los dientes.

Ella te entiende...

-No tuve otra opción. Mi felicidad, rabia, entusiasmo o pena parecían hacerle daño. Ella gritaba de rabia al mostrarle una buena calificación del colegio y gritaba de la misma forma cuando llegaba llorando luego de haberme caído en bicicleta. –Explico sintiendo la acostumbrada compulsión por encubrir mis emociones con el dolor de enterrar las uñas en mis palmas. –Parecía hacerle daño mi propia existencia –Digo derrotada por las lagrimas que desde un inicio peleaban por tomar el control. Lena acerca sus dedos a mi rostro y aparta cada una de ellas con ternura. –Tenía.... Tenía que mantener mis emociones dominadas para no hacerle daño. Yo no quería dañar a mi mamá.

-Te dañabas para encubrir tus emociones y así protegerla. Es demasiado para una pequeña niña. –Agrega acercándome a su cuerpo. Me dejo sostener por Lena al no soportar más el peso que sin saber estaba cargando. Un peso por todas aquellas emociones que destruían a mi madre. Que terminaban destruyéndome a mi.

-Lo que más me duele... -Trato de decir por el nudo en mi garganta me obliga a detenerme. Lo vuelvo a intentar -Es... Es no saber la razón de su comportamiento hacía mi, hacía la vida después de que nací... –Confieso ahogada por la cantidad de emociones en mi cuerpo al no permitir reprimirlas como siempre lo he hecho. Lena nota un movimiento en mis manos que ni yo misma sabía que estaba haciendo. Las tomas entre las suyas y entrelaza nuestros dedos produciendo una reconfortante calidez. Siento sus manos sudadas y un temblor involuntario en su pierna derecha. La observo y de inmediato se detiene controlando el movimiento.

-Emma... -Comienza a decir. –Yo... -Continua y noto que el temblor en su pierna regresa. Su respiración parece entrecortada y su rostro afligido. ¿Habrá sido mucho para ella?

¿Habrá sido un error contarle lo emocionalmente rota que estoy?

-Cuando mi padre me pidió....Bueno... Él tenía...-Intenta nuevamente, pero su voz se quiebra antes de terminar. Jamás la he visto así, ni cuando confesó el accidente y la promesa que hizo con Lex Valachia cambio de encubrir la muerta de Sara. Incluso más nerviosa a cuando admitió haber realizado un trato con mi padre... y con mi tío.

Por las expresiones en su rostro, pareciera estar batallando por escoger las correctas palabras. Respira un par de veces y noto que la postura de su cuerpo se relaja.

-Lamento mucho lo que tuviste que vivir –Termina por decir apartando por primera vez la mirada. ¿Eso era?¿Me está rechazando por mi pasado sin saber cómo decirlo?

¡Rechazo!

¡Rechazo igual que con mamá!

-Entiendo si es mucho para ti –digo al levantarme de la cama.

-¡Emma! –Exclama al sujetar mi brazo. Y sin dar explicaciones, sin dar razones, sin siquiera decir una palabra, me arroja hacía su cuerpo y abraza con fuerza. Nos da la vuelta, enreda sus piernas en las mías, atrapa mi rostro entre sus manos y me besa con pasión, con desesperación y devoción. Su lengua ingresa tentando y derribando los últimos pensamientos racionales. Su sabor es un sedante a los demonios que buscan llenarme de inseguridades, debilidad y recuerdos del pasado. Y ese momento lo entiendo.

Lena no es la única que teme caer en antiguas adicciones. No son drogas para mí, son dudas, temores, impotencias y compulsiones auto lesivas que a ratos, logran dominarme haciendo que retroceda todo lo que he logrado.

Extasiada por el descubrimiento, por la revelación de no estar siendo rechazada por Lena, que son solo secuelas de una vida de inseguridad, me dejo llevar en su beso, en sus carisias, en su declaración sin palabras. En olvidar lo que realmente quería decir Lena.

-Soy una cobarde –Murmura entre mis labios, pero estoy tan perdida en las sensaciones, en los efectos de sus dedos en mi espalda, que mi cerebro no retiene las palabras.

¡Sentir!

¡Seguir sintiendo!

-No te detengas –Imploro al notar que su boca trata de alejarse de la mía.

-Tu madre... Ella no...

-¡No ahora! –insisto atrapando su labio inferior en el mío e impidiendo que siga hablando. Ella no parece convencida y para distraerla, tomo entre mis dedos su pezón izquierdo, y el gemido que obtengo es suficiente para distraernos a ambas de los problemas, del presente, de todo.