TRAS LAS HUELLAS DE SU NOMBRE - (Girl x Girl)

CAPITULO 54. - "¿Te sientes responsable?"

CAPITULO 54. –

"¿Te sientes responsable?"

La venda ha quedado en el suelo junto a nuestras ropas esparcidas. Las sábanas de la cama formando una perfecta analogía con las emociones en mi interior. Tenemos tanto aun por descifrar, tanto aun por hablar. Las emociones son fuertes y las preguntas lo son aun más.

-¿Qué piensas? –pregunta Lena acomodándose de costado para observarme. La desnudez de su cuerpo, aun luego de lo ocurrido, sigue afectando mi capacidad para pensar en forma racional, de hablar con coherencia. -Emma... -Murmura sosteniendo mi rostro entre sus manos. Las preguntas rebotan en mi lengua peleando por ser dichas.

-¿Qué sucede? -Insisto.

-¿Qué sucedió los últimos días Lena? ¿Es cierto lo que dicen los medios? ¿Por qué estabas en ese estado cuando llegué? -me siento de alguna forma liberada y frustrada por la expresión en su rostro.

-Debo recordar no volver a preguntarte eso -Dice con tono burlon pero cariñoso. La miro seria, expectante a su respuesta. -Traté de ubicar a Oliver, visité a Fiona, evité a mi padre, trataron de chocarme. No todo lo que dijeron los medios es cierto. Nunca debiste verme en ese estado. -Dice rápido, casi como un listado sin importancia. Espero a que entre en razón, pero su expresión sigue tranquila e indiferente.

-¡Lena! -Grito al levantarme de la cama para que entienda la gravedad de sus palabras.

-Debo hacerte enojar más seguido -Dice observando mi cuerpo desnudo con picardía.

-¡No es posible hablar seriamente contigo! -Le acuso molesta y me encierro en el baño de la habitación. Escucho a Lena suspirar y luego caminar hacía la puerta.

-Emma. Ábreme. -Pide tranquila. Decido no responder. -No quiero que te preocupes, por eso no te lo he dicho antes.

-¡Deja de pedirme eso! -le grito desde el baño más molesta que antes.

-Ábreme para que hablemos -Vuelve a insistir.

-Nada lo tomas enserio.

-Emma...Cuando has vivido todo lo que yo...Esta situación es... Nada -Murmura en tono muy bajo. Su confesión me duele, me duele pensar lo que ha tenido que sobrellevar, lo que ha tenido que enfrentar. La idea es tan fuerte, que de inmediato le abro y la abrazo con fuerza.

-Podemos enfrentarlo juntas Lena. Ya no estás solas. Pero necesito que hablemos, que hablemos sin juegos. -Ella asiente, se levanta y toma dos batas de seda negra del baño. Me entrega una y camina de regreso a la cama dejando un espacio para que ambas quedemos sentadas frente a frente.

-Luego de dejarte con Alex, fui al angar de mi padre a las afueras de Belfast y le pedí que firmara el término de nuestro acuerdo.

-¿Por haber logrado que mi tío lo liberará?

-En parte... Sí. -en lo profundo, sé que existe en ese acuerdo más de lo que Lena me contó, más de lo que está dispuesta ahora a contar, pero sé también que no está aún preparada para hacerlo. -Lex no quiso firmar el término. -agrega cambiando del tono tranquilo a uno resignado. -Insiste en que forme parte del negocio...

-¿Lo harás? -Pregunto conteniendo el aire.

-He construido una carrera lo suficientemente publica para impedir que eso sea posible. Sus negocios no funcionarían teniéndome a mi en ellos.

-¿Crees que tu padre insista para que participes de sus negocios?

-Nunca ha dejado de hacerlo...Nunca ha dejado de saber cada uno de mis movimientos. -Lena se levanta de la cama y al darse cuenta de la acción, vuelve a sentarse recta. -Él... Él sabe sobre Fiona... Intentó hacerme responsable por su situación... Él siempre intenta jugar con mis emociones, conseguir que pierda el control para dominarme -La posición de Lena es cada vez más recta, más erguida sobre la cama, y sé que es un mecanismo para afrontar los recuerdos del encuentro con su padre.

Por eso le cuesta tanto relajarse, dejarse llevar. Una parte de ella teme que la dominen, que la controlen y termine perdiéndose nuevamente en drogas.

-¿Te sientes responsable por lo ocurrido con Fiona? –Sé que Lena siente que debe rescatarla, que debe impedir que siga sus pasos, impedir que caída al igual que ella. -Fiona tomó sus propias decisiones. -Le digo en tono tranquilo.

-Fui a verla a rehabilitación. -Dice sin hacer casos a mis palabras -Estaba en el mismo lugar que yo cuando tuve mi última recaiga. Las enfermeras consiguieron que hablara conmigo.

-¿Te dijo por qué lo hizo?

-Al comienzo no. Estaba enfurecido conmigo. Gritaba para que la sacaran de la habitación. Trató incluso de golpearme.

-No suena como Fiona -Murmuro triste imaginando la caótica escena.

-Emma... -Dice bajando la voz. -Es difícil explicarte lo complejo que es el proceso de desintoxicación. La abstinencia saca lo peor en nosotros. Las emociones son intensas y todo se siente negro, se siente el dolor como de una parte del cuerpo faltante que no puedes recuperar. Fiona está en el inicio de un difícil camino, y si debe odiarme para llegar al final, con gusto puedo aceptarlo.

-¿Crees que pueda ir a verla? – Le pregunto con la garganta apretada. Por Fiona y por Lena al revivir todos sus demonios al ir al centro donde ella misma estuvo.

-¿Recuerdas que hablamos de la noche que la rechacé en una Gala de moda? – Yo asiento con la cabeza, quedando claro que Lena no aceptará que vaya al Centro de rehabilitación. -Esa noche conoció a Oliver. Le ofreció vengarse de mí. Le dijo que podía ayudarla a humillarme como yo había hecho con ella.

-Entonces lograste hablar con Fiona.

-Estaba bajo fuertes medicamentos. Creo que al final, me confundió con una de las enfermeras... Yo...Necesitaba saber su relación con Oliver. -Dice excusándose por aprovechar su situación. -Me dijo que Oliver la contuvo, la ayudó a reponerse y dio drogas para relajarse. Fiona no supo qué droga era...-Lena baja la mirada y con eso sé que fue una lo suficientemente fuerte para provocar una adicción rápida. -La convenció para organizar el intento de humillación durante el conversatorio en tu Universidad. Le dijo que yo me merecía ser humillada como yo había hecho con ella.

-Fiona tenía una cajita con pastillas. Tomó varias durante la charla -Agrego uniendo las piezas de lo ocurrido. -Estaba nerviosa, extraña y un poco ida.

-Oliver ya había provocado una dependencia, y cuando no funcionó la humillación en el Auditorio de tu Universidad, siguió su control en ella por medio de las drogas. Ese siempre fue su plan. Tener a alguien en nuestro circulo para lograr su venganza. Fiona no fue más que un títere para él. Para llegar a mí. Para llegar a ti...-su voz se corta y sé que está aguantando la respiración. Controlándola como en su escritorio. -Fiona está internada por mi culpa. Por la venganza de Oliver. Por lo que hice.

-Eso quiere que sientas. Es un círculo Lena. Tu padre utilizó lo ocurrido con Sara para conseguir su libertad. Para conseguir que convencieras a mi tío. -Lena aparta la mirada, pero decido seguir, aun si mis palabras son dolorosas para ella -Oliver utilizó a Fiona para vengar la muerte de Sara, para extorsionarte, amenazarte. Al final, todos utilizan su muerte en tu contra, y siempre lo consiguieran si no aceptas lo ocurrido, si no logras perdonarte a ti misma. Siempre tendrán un control sobre ti Lena.

Está a punto de responder mi declaración cuando varios golpes en la puerta principal la detienen.

-¿Esperas a alguien? –Le pregunto al notar su expresión.

-No –dice cortante tomando su celular y notar varias llamadas perdidas. Los golpes en la puerta continúan, ésta vez, el ruido resuena por todo el departamento. –Quédate aquí. –Ordena apagando el celular.

-Lena... -trato de contradecirle. Busco mis ropas con manos temblorosas. –Quizás deberías llamar a seguridad –Sugiero cuando los golpes se hacen frenéticos. -Lena...Puede ser Oliver. -Digo con voz temblorosa.

-Todo estará bien –Exclama sosteniendo mi mentón con ternura. –Pero necesito que te quedes aquí. –Agrega seria.

-Lo haré si llamas a seguridad. –Le propongo conteniendo la respiración.

No podría soportar que algo le pase.

-¡Valachi! –Grita el hombre desde el otro lado de la puerta. El tono de voz me resulta ligeramente familiar. -¡Sé que estás ahí! –Vuelve a gritar, y ésta vez, logro reconocer sin problemas al dueño de aquella voz.

Es aún peor...