CAPITULO 34.- "Herencia"

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CAPITULO 34.-

"Herencia"

El aterrizaje fue movido producto del fuerte viento del Atlántico. Típico de esta zona. Aun así, el miedo de un principio fue reemplazado por una enérgica corriente de adrenalina que logré disfrutar calmando otras sensaciones.

-Gracias Daniel –Le agradece Lena al Piloto. –Te llamaré el miércoles para que regreses por nosotras. –agrega calmada. ¡¿Ah?!

-¿Miércoles? –Le pregunto sorprendida. -¡Tengo clases! -Alego molesta por haber tomado semejante decisión sin haber consultado antes conmigo.

¿A quién engañas con ese tono?

-Puedo ser tu profesora estos días –Bromea con una sonrisa coqueta al bajar del helicóptero después de mi. ¿Profesora?

Estoy casi segura que no estamos hablando de las mismas materias.

-Dejarán sus maletas en el vehículo que ha solicitado señorita Valachi–Interviene el Piloto haciendo un gesto con su boina en señal de despedida.

-Gracias –Responde al sacar el celular de la chaqueta para activarlo. De inmediato, varias notificaciones ingresan a su pantalla, lo cual me recuerda el real motivo de nuestro viaje.

¡Eres demasiado fácil de convencer!

-No he olvidado que tenemos una conversación pendiente –Se adelanta a decir Lena.

¿Lo he dicho en voz alta?

-Sé que estás atenta a mi celular –Agrega con una sonrisa confiada.

-No tengas un iPhone con una pantalla tan grande –Me animo a decir para justificar, de la peor forma, mi escrutinio. Para esquivar su mirada, busco mi celular en la chaqueta y noto que tengo varias llamadas perdidas de Alex y un mensaje de Astra corroborando mi asistencia a la cena de esta noche.

-Todo se encuentra listo –Informa un señor alto y delgado entregándole unas llaves a Lena con un sobre, de seguro, la documentación del auto que ha pedido.

¡Actuar ahora, asumir después!

(...)

No me sorprendo al encontrar un BMW Serie 8 estacionado.

-¿Dónde han salido esas maletas? – Le pregunto al acercarme al asiento del copiloto.

-Se las he pedido a Marcela cuando estábamos en el Estudio –Explica tomando de mi brazo derecho justo antes de abrir la puerta.

-¿Qué...? –Comienzo a decir, pero soy interrumpida por una gran y malvada sonrisa coqueta.

-Hoy conduces tú –Murmura con tono ronco.

Antes de que cambie de opinión, quito las llaves de su mano, y emocionada, me alejo de Lena para subirme por el lado del conductor.

-No hagas que me arrepienta de mi decisión –Interviene al subirse a mi lado. Me doy la vuelta y respondo con una traviesa sonrisa.

¡Oh Lena!

¡No tienes idea!

(...)

Luego de haber jugado con las curvas y velocidades por casi todo el trayecto - gracias al mínimo tráfico-, llegamos a Coleraine, una localidad situada en el Distrito de Causeway en Irlanda del Norte. Lena me guio por Ballycastle, un pequeño pueblo pesquero y luego ingresamos a un camino estrecho y apartado, rodeado por un lado de lomas verdes y al otro, acantilados que terminan en un azul claro. Irlanda es increíble.

-¡No te desconcentres! –sermonea por milésima vez. -¡Eres un peligro al volante! –exclama escandalizada por el ligero aumento de velocidad en una curva. Si bien es una nueva situación para Lena el no tener el control sobre la situación, sé que lo ha disfrutado, lo cual corrobora mi teoría.

-Dobla a la izquierda en la última intersección

Sigo sus instrucciones hasta llegar a una casa de piedra, rodeada de vegetación en la parte trasera y los acantilados en la parte de adelante. Está es una posición estratégica. Apartada de los turistas de la zona y con una vista privilegiada. Se logra incluso ver la playa de Runkerry.

-Asumo que te ha gustado –Murmura Lena aun con aquel sutil tono nervioso.

-Es alucinante –Exclamo emocionada al apagar el motor del auto. -¿Es tuya? –se ve tan diferente al elegante departamento de Lena.

-Herencia –Responde al salir del MBW dando el tema por terminado.

(...)

El interior de la casa es moderno, pulcro y diferente a la fachada campestre de su exterior. La cocina es abierta, el living espacioso y con ventanales alargados que permiten apreciar los riscos en su totalidad. Es un inmobiliario muy diferente al típico Irlandés.

-La he refaccionado –explica al dejar los bolsos sobre una mesa de roble. Me acerco a los ventanales y quedo maravillada una vez más por el paisaje.

-He pedido que habiliten dos habitaciones –comenta sacando una chaqueta de uno de los bolsos. ¿Dos habitaciones?

-También estoy sorprendida por mi decisión. –murmura colocándose la chaqueta.

-¿Has... Eh... Traído a otras mujeres aquí? –le pregunto girando hacía la cocina. Lena no responde y la curiosidad vence a la vergüenza. Noto que tiene la vista fija en uno de los sillones de cuero negro.

-Venía a desintoxicarme, no a tener sexo –responde bajando la mirada. De inmediato, una sensación de dolor llega hasta el fondo de mi estomago al imaginar a Lena tirada en ese mismo sillón sufriendo por la abstinencia, como un ente esperando consuelo.

-No permitiré que recaigas –afirmo con confianza y seguridad. Aprovechando el impulso, me acerco a ella y obligo suavemente a que su cuerpo quede apoyado en el brazo del sillón. La empujo poco a poco hasta quedar sentada con el espacio suficiente para pararme entremedio de sus largas piernas. Observo su rostro, sus ojos verdes, su boca. Quiero perderme en sus labios, en su sabor, en su olor, pero las interrogantes en mi cabeza cada vez van siendo más insistentes en arruinar los momentos. Al parecer, Lena nota mi disgusto y se levanta del brazo del sillón.

-No es por ti.... –trato a decir.

-Claro que es por mi –Interviene ella. –Te debo una explicación. –Agrega al salir de mi agarre, caminar hacía los ventanales y abrir uno de ellos con una manilla.

¡Lo has arruinado!

-Acompáñame –ordena sin darse la vuelta.

TRAS LAS HUELLAS DE SU NOMBRE - (Girl x Girl)Where stories live. Discover now