TRAS LAS HUELLAS DE SU NOMBRE - (Girl x Girl)

CAPITULO 28.- "BESARTE"

CAPITULO 28.-

"BESARTE"

Luego de mi conversación con Gustavo, la cual se vio interrumpida por la campana dando aviso que la próxima clase estaba a minutos de dar inicio, decidí saltarme la última asignatura e ir directo al departamento de Alex.

Mi mente, como de costumbre, es un completo caos de interrogantes, ideas, sospechas e imágenes. Hubiese sido una pérdida de tiempo estar como un zombi tratando, sin éxito, prestar atención a clases. ¿En qué momento mi vida se volvió tan caótica? Miro el auto en frente de mí, y la respuesta es clara.

Me subo al Jeep y coloco algo de música para calmar mis nervios, para borrar la imagen de Fiona en el suelo, las palabras de Gustavo, la expresión de Lena. ¡Mierda, Lena!

Saco mi celular y noto los mensajes de texto sin leer.

Lena Valachi: ¿Dónde estás?

Lena Valachi: ¡Emma!

Pienso bastante las palabras antes de responder, por un lado, no quiero sonar cortante, pero, por otro lado, aun siento una extraña sensación de traición.

Cuando finalmente decido qué escribir, escucho la puerta del copiloto del Jepp se abre de forma abrupta.

-Pero qué Mier....

-¡Ese lenguaje! –Interrumpe la mujer a mi lado acomodándose en el asiento.

-¿Qué haces aquí? –la incrimino al poner el seguro al auto. No vaya a hacer que otro intruso se decida a entrar... O a salir.

-Es mi auto –explica Lena con calma al cambiar de música a "Shallow" De Lady Gaga con Bradley Cooper.

En teoría, tiene razón, es su Jepp, pero entrar de aquella forma ha estado por completo fuera de lugar, más aun luego de lo ocurrido.

-No ha estado bien. –le respondo regresando a la anterior canción de Sam Smith. Lena me observa con una media sonrisa por mi actitud al cambiar de música.

-No respondías a mis mensajes.

No me ha dado ni tiempo de hacerlo. Pero claro, no le diré aquello.

-¿Qué quieres?

Ella sonríe de forma lobuna, desabrocha mi cinturón y se acerca peligrosamente cerca de mi rostro.

-Besarte –murmura con voz ronca. Su aliento golpea mis labios y su olor termina por provocar un traicionero gemido. Lena muerde su labio inferior ante mi reacción a su demanda. El espacio entre ambos asientos es bastante pronunciado al estar los posavasos, pero, aun así, su cuerpo pareciera estar casi sobre el mío. –Besarte y no parar. –agrega mordiendo mi mentón. El contacto tibio de su boca en mi piel provoca un temblor en mis inquietos movimientos. –Besarte hasta que sólo permitas mis labios sobre los tuyos. –su voz es un gruñido de necesidad sobre la comisura de mi labio superior. -Solo los míos –sentencia sellando la efímera distancia. Los dedos de Lena revolotean en mi cabello exigiendo profundizar el contacto. Vencida por el placer de sentirla, permito que su lengua invada cada centímetro de mi boca.

-Más –le exijo en un ronco jadeo. En un rápido movimiento, la empujo de regreso a su asiento y me subo sobre el suyo quedando a horcajadas en su cintura. Lena se sorprende por el cambio, queda desconcertada por un segundo, pero luego su excitación aumenta y ataca con veracidad mis labios.

-Sólo a ti te permito esto –gruñe agarrando con ambas manos cada lado de mi cintura, dando a entender que la nueva posición no es recurrente para ella. La confesión aumenta el calor en mi cuerpo. El conocimiento de tener el suficiente efecto en ella para permitirme tenerla así. Besarle sin ser conscientes de nada más que nosotras, de nada...