CAPITULO 36.- "Confía en mí"

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CAPITULO 36.-

"Confía en mí"

Lena sigue hasta llegar a un sector donde los acantilados no son tan pronunciados. Suelta mi mano y aquella sonrisa cubre su rostro. Es la sonrisa que siempre aparece antes de obligar que mi adrenalina inicie en cero hasta llegar a mil.

-¿Qué haces? – Lena saca de su chaqueta su celular y escribe varios mensajes apresurados antes de volver a guardarlo.

¿Qué está tramando?

Levanta el mentón en señal de desafío y se saca la chaqueta dejando el celular en su interior, luego estira su brazo hacía abajo y desabotona sus pantalones, todo sin quitar esa mirada verde de la mía.

¡Mierda!

Un gemido sorpresiva escapada de entre mis labios al observar la piel expuesta.

-No es lo que estás pensando –Murmura con una sonrisa traviesa.

Que lastima...

¿Lastima?

-Quítate la chaqueta –Ordena con voz firme al termina de deslizar sus pantalones holgados hasta el final de sus piernas. Un nudo en mi garganta impide que el aire siga entrando para lograr funcionar con normalidad.

¿Normalidad?

Nada en esta situación es normal. Nada en el cuerpo de la mujer a mi lado parece ser normal.

¿Qué esperabas?

-Has lo que he dicho –Vuelve a ordenar manteniendo aquella sonrisa traviesa. Como en un trance, me quito la chaqueta y quedo con el vestido que he usado durante la sesión de fotos. –Te pediría que te lo quites también, pero... creo que no estas usando sujetador –Exclama con la vista fija en mi pecho. Sigo su mirada y me doy cuenta del estrago que ha ocasionado el frio.

¿El frio?

Si... Claro.

-Quítate los zapatos.

Al obedecer su orden, Lena sonríe victoriosa y desabotona el primer botón de su camisa. Con cada botón, logro ver mas piel expuesta y el nudo en mi garganta incrementa. Cuando termina con el último, quedo maravillada por todo el escenario. Su cuerpo, su estómago plano y definido, el mar, las colinas, el viento... Lena. Sin quitarse la camisa y quedando sólo cubierta por un sujetador de encaje negro y bragas a juego, estira nuevamente su mano para que tome de ella.

-Ven –ordena apretando los dientes. Me sorprende lo cómoda que se ve estando tan vulnerable, tan expuesta a que dibuje con la mirada cada curva, cada lunar, cada línea de su cuerpo. –Confía en mi –Vuelve a pedir bajando aquellas barreras emocionales. Su mirada destruye cualquier opción a que vuelva a pensar con coherencia. -Confía Emma - Doy un paso y tomo de su mano. El contacto con su piel desestabiliza mis piernas hasta casi perder el equilibrio. –Necesito que confíes en mi –Repite cerrando los ojos unos segundos para luego abrirlos rápidamente.

¿Por qué es tan importante para ella?

¿Es normal pedirlo tanto? ¿pedirlo así?

-Lo hago –Respondo por fin. Dejar sentir, solo sentir, no ser un ente, no ser un cuerpo que camina evitando ataques de pánico.–Confío en ti. –Repito con mayor convicción.

-Entonces salta conmigo –exclama girándonos para enfrentar el acantilado hasta llegar al mar.

Y así, con su mano firme en la mía, sintiendo su calor, su contacto, nos acercamos al borde.

Sé lo que hago. Mi mente lo racionaliza y trata de evitarlo, pero no quiero. No quiero dejar de sentir.

Mantengo la vista fija en el vacío, en la altura que se abre delante de mí. Los dedos de mis pies tantean a ciegas la superficie rocosa buscando firmeza y seguridad. Respiro hondo y aguanto el aire dentro de mi pecho al conectar mis decisiones con lo que Lena me está pidiendo realizar.

De forma instintiva cierro en un fuerte puño mi mano libre, y poco a poco, voy sintiendo cómo la adrenalina va inundando mi cuerpo. Es una sensación parecida a cuando practico escalada libre, solo que ésta vez, no estoy sola, y la caída no es una opción, es una realidad.

-Quiero que tú tomes la decisión –Explica con la voz ronca. –Quiero que tú tomes el control sobre la situación –Confiesa apretando mi mano y apartando la vista del vacío para colocarla en mi rostro. Sé que me esta observando, pero no puedo retirar los ojos de la caída, de la tentación de saltar y sentir, sólo sentir junto a Lena. –Necesito saberlo. –Murmura regresando su atención al mar.

-¿Saber qué? –Le pregunto apretando aun más el puño en mi mano libre, pero manejándolo para no sentir dolor, para dominar por fin mis emociones sin tener que recurrir a lesiones.

-Saber que puedo perder el control sin recurrir a drogas para olvidar –Confiesa con la voz firme, y por primera vez, aparto la mirada de la caída para concentrarme en cada una de sus facciones, en cada cabello revuelto a causa del viento, en cada expresión de sus labios, de sus ojos.

Siempre pensé que el control de Lena se debía a un rasgo de su personalidad, a una fascinación por manejar todo y todos a su alrededor, pero ahora, ahora entiendo que es solo un mecanismo de defensa, un mecanismo para enfrontar su adicción, afrontar su realidad, así como lesionarme es la mía.

Si yo me recompongo perdiendo el control, ella lo busca para componerse, para no perderse a si misma en las drogas, en el accidente, en su padre.

En la forma más opuesta posible, logro entender su necesidad, sus ansias de liberarse, de sólo dejarse sentir. De confiar en ella, y ella en mi. Una sonrisa se asoma en mis labios y levanto lo mas posible el rostro hacía atrás para sentir la brisa del mar, la potencia de entender por fin a una enigmática mujer. Respiro varias veces hasta notar que Lena se voltea y observa quieta el goce que mi rostro debe estar revelando. Y así, en un movimiento rápido, atrapa mi rostro entre sus manos y besa con fuerza mis labios. Es un beso desesperado por seguir sintiendo, por seguir tocando. Respondo a sus exigencias con la misma potencia hasta sentir la respiración cortada.

Lena se aparta al notar mi falta de aire, y de inmediato, logro escuchar el motor de una lancha a lo lejos. El fuerte eco llega a resonar por todo el risco. Lena se voltea y fija su atención en la lancha de alta velocidad, aun con la distancia, se logra apreciar su elegancia y sofisticación.

-Te seguiré en lo que decidas –Murmura de forma segura. La nebulosa en mi mente a causa del beso poco a poco se va desvaneciendo hasta captar el trasfondo de sus palabras.

¡Quiero sentir!

¡Quiero tener el control sobre mi misma!

¡Quiero que Lena sienta por fin libertad!

Observo el mar y noto que la lancha arrastra un bote de goma. Cada ves se acerca más a nosotras.

-Sí

Obligo a que ambas avancemos hasta casi el borde del acantilado. Ella reacciona a mi silenciosa orden, siguiendo cada inclinación hasta llegar a tocar con la punta de los dedos de los pies el vacío. 

TRAS LAS HUELLAS DE SU NOMBRE - (Girl x Girl)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz