Desafío #59: Resultados

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Queridos seguidores, pedimos disculpas por la ausencia, pero hemos retomado nuevamente este apartado y continuaremos con la publicación de nuestros desafíos semanales

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Queridos seguidores, pedimos disculpas por la ausencia, pero hemos retomado nuevamente este apartado y continuaremos con la publicación de nuestros desafíos semanales. Claramente no podíamos comenzar esta re activación sin antes anunciar los ganadores de nuestro desafío pasado, así que, sin más preámbulo, les presentamos a los seleccionados.

*El forma en la que se muestran los participantes no tiene un orden en específico. 

***

JussstCookie

—Tu mamá me llamó alarmada porque no sabía donde estabas, ¿sabes? —no aparté la vista del sobre.

"Instalaciones Universidad Siglo 21" era el remitente, y me notificaban si mi solicitud de beca fue aprobada o no.

—¿Leo?

—No estoy listo, Mía.

Ella miró el sobre, después mi rostro, y así repetidas veces. Usó una mano para presionar la mía y con la otra me arrebató el papel.

Usó sus labios para sacar la carta de adentro y desdobló el papel. Le escuché suspirar y cerré los ojos.

—Aceptaron.

—Lo sé.

—Una beca completa.

—Ajá.

—En abogacía.

—Sí.

—Pero no es lo que tú quieres estudiar.

—No.

—Y no sabes que hacer.

—Pues no.

—Y te preguntas cómo le vas a decir a tus padres que te aceptaron pero que no quieres ir.

—Pues sí.

—Y que lo que quieres hacer es dedicarte a la música.

Me pasé una mano por el cabello, despeinándome. —¿Todavía lo recuerdas?

—¿Las veces en las que nos desvelábamos, tú cantando y yo escuchándote? ¡No! ¿Como podría? Te recuerdo que hablas con la chica que te adora desde que te conoció.

Sonreí vagamente.

—Ojalá tuviéramos 15 nuevamente.

—Elijas lo que elijas vas a tenerme aquí. Nadie más que tú puede decidir qué hacer con tu vida.

Cerré los ojos y pensé en qué pasaría si me dedico a componer.

Papás enojados.

Canciones nuevas.

Mía como inspiración de la mayoría de ellas.

Una carrera donde nunca deje de remar.

El mundo oyendo mis canciones.

En el mejor de los casos, cantar sobre un escenario.

Yo, feliz.

¿Y si elijo abogacía?

Papás felices.

Buena salida laboral.

No me voy a morir de hambre.

Mía estará a mi lado igualmente.

Yo, tal vez vacío.

Abrí los ojos y suspiré girando mi rostro para observarla.

—Creo que sé que hacer.

***

lovescerezas

La respuesta es muy simple: Samuel elije ambos.

Mas allá del difícil camino que deberá recorrer, él no puede pensar en una dirección donde la música no sea su compañera de vida. ¿Los futuros abogados no deberían de estudiar música? Pues él será el primero.

Rasgar sus dedos en las cuerdas de su guitarra, cantar bajo la luz de la luna en los campamentos del colegio y pasar horas adentro de su propio mundo creando piezas instrumentales para después ponerle su voz a la canción. Eso era lo que Sam amaba más de la música.

Estudiar, ir a la universidad, culturizarse, recibirse de abogado para ayudar, conocer personas nuevas y salir de su zona de confort. Puramente él también quería vivir esa nueva etapa que lo llevaría a principios de su juventud.

Quería todo eso. No quería tener que elegir entre una y la otra, estudiar Derecho es algo que quiso cuando aún no conocía lo que era la pasión de la música. Y no quería dejar ninguna atrás, era tan egoísta de querer seguir lo que le dictaba su cerebro pero también su corazón.

Se esforzaría para que su familia lo escuche y acepte, se esforzaría para salir triunfando. Samuel sabía que habría muchos sacrificios de su vida al elegir ambas opciones, pero estaba dispuesto a pagar las consecuencias.

Así que sí, la respuesta es muy simple: él elije ambos. Va a estudiar Derecho y Música. Se las va a arreglar para conquistar lo que le apasiona para su vida.

Samuel sale de sus pensamientos y se encuentra con el profesor de la orientación vocacional de su colegio mirándole con paciencia esperando su decisión, él solo atina a sonreír y responde—. Quiero ambas carreras.

***

__PurpleGirl__

Título: Gracias por volver.

Una vez mi padre me dijo que, entre el amor y el deber, hay mucho que perder. En su momento no lo comprendí, tenía diez años y yo gastaba mi tiempo yendo a los recitales de la banda de mi hermana, deseando ser tan felíz como ella al crecer. No fué hasta que cumplí los 18 años, cuando mi papá ya había levantado una firma de abogados exitosa, que me ví entre la espada y la pared.

Mi hermana ya tenía 26, de un día para otro había renunciado a la banda, a la música, a todo aquello que amaba sin mediar palabra. Mas nunca le pregunté porqué, ella se habia vuelto tan callada que por momentos creía que mi hermana ya no estaba allí.

Sin embargo, ahora con la carta de admision en mis manos a la universidad mas grande del país para la carrera de derecho, frente a los ojos sonrientes y el orgullo plasmado en el rostro de mi padre, lograba entender lo que mi hermana sintió al momento de escoger su futuro, y logro comprender además, las palabras de papá.

Amo la música, pero también amo a mi padre, y el estudiar leyes se sentía como un deber, más el hacerlo sentir orgulloso tambien se sentía como uno.

Un día, oí la voz de mi hermana susurrar detrás de la puerta de mi habitación—Trade.

—¿Si?

—No caigas. No te doblegues. No termines como yo.—Le oí suspirar, fustrada—Haz lo que amas, no tienes el deber de sentirte presionado.

—Hermana...

—Créeme, ahora se enojará, pero se sentirá mas orgulloso cuando oiga tu voz en la radio, y tu nombre en los charts.

—Hermana...

—¿Si?

Sonreí como tenía tiempo que no lo hacía.

—Gracias.

Le agradezco por volver, y por estar allí, cuando mas lo necesité.

Desafíos de Novela JuvenilWhere stories live. Discover now