Desafío #11: Resultados

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Hola :) 

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Hola :) 

Como de costumbre le traemos los cuatro relatos ganadores del último desafío. Felicidades <3 Pendientes al próximo desafío este viernes, 25 de enero de 2019.

febrero2001as

—Otra foto, otra foto... —dice Aubrey mientras me señala distintos rincones del puente.

La miro entrecerrando los ojos. Desde que hemos salido del hotel no he hecho más que hacer una foto detrás de otra.

—Va, James —dice de nuevo mientras hace un puchero y se cruza de brazos—. Una más y prometo que después eliges tú la siguiente actividad.

—Hecho —le digo mientras sonrío y levanto la cámara para enfocarla.

—¡Espera! —exclama haciéndome rodar los ojos—. Esta vez los dos juntos.

Habla al mismo tiempo que me saca la cámara de las manos. Se acerca a un par de personas y se la tiende. Segundos después está tirando de mi brazo para colocarnos al lado de uno de los laterales del puente. Me da un codazo para que sonría y a duras penas logro hacer una pequeña mueca.

Tras el click de la cámara, aquellas personas nos la devuelven y se van sin darnos tiempo a agradecerles. Aubrey, por su parte, me ha quitado la cámara y está mirando la foto fijamente. Demasiado seria para ser ella.

—¿Qué pasa, Aubrey? —digo mientras me acerco preocupado a ella. Levanta la mirada y una sonrisa de oreja a oreja se dibuja en su cara.

—Tienes aquella mueca que hacía papá siempre que quería sonreír —una pequeña lágrima resbala por su mejilla pero sin conseguir borrar aquella sonrisa.

Miro la imagen. "No puedo creer que ya se cumpla un año desde que ya no estás aquí, papá".

MilagrosJG6

El día promete cosas buenas, el sol brillando sin molestar y la brisa dando suaves caricias en la piel. Ella sonreía con la naturalidad que la caracteriza, mostrando la más pura alegría tan solo con un gesto.

Decidí acompañarla a tomar fotos, según ella, todo y todos eran dignos de mostrar su belleza en una fotografía, porque para ella siempre existe belleza en cada uno, solo que hay que saber reconocerla, ya que muchos se empeñan en esconder lo bueno que poseen.

Teníamos alrededor de una hora bajo el sol, ella con contagiosa alegría, y yo, pues mato el tiempo admirando su sonrisa.

—¡Mira aquí, Luis!

—¿Qué?

No me dio tiempo de reaccionar cuando ya era el blanco directo de la lente. Comencé a correr como cabra loca lejos de sus intensiones, pero entre sus planes no estaba dejar que yo ganara esta. Pronto la falta de ejercicio se presentó y solo esperé que terminara, viendo como disfruta sinceramente la situación.

—Mira que atractivo saliste, eres muy fotogénico —se pone a mi lado inclinando la cámara para que pueda ver.

—Admito que en algunos no salgo nada mal, pero se qué puede resultar más hermoso frente a la cámara ¿Me lo prestas?

—¡Claro!

Cuando tuve el objeto en mis manos, le tomo una fotografía y luego la veo.

—Esta sí es una foto perfecta para una galería ¿sabes por qué? Porque tú sales en ella.

Luego regresamos a su casa, bastando solo esa fotografía para entender que estoy enamorado.

alegravenus

Click.

El tiempo se detuvo, dejando que aquel momento congelado durara para siempre. Los niños se veían como en una película en pausa, con grandes sonrisas en sus rostros que significaban un sentimiento más profundo; la felicidad.

Click.

El tiempo volvió a su ritmo normal, dejando a aquellos niños extraños avanzar su camino hacia el carrusel a unas cuentas calles más allá.

Click.

Detuve el tiempo de nuevo, con mi pequeño aparato negro. Adoraba hacer aquello, y mirar a las personas a mi alrededor para imaginarme por una infinidad que podría estar ocurriendo en esa la pausa eterna para luego descongelarlos y dejarlos ir.

Ahora había una pareja de turistas de Tokio o Nagasaki. Tal vez de Corea del Norte. Solo sabía que no eran de por aquí.

Click.

Dejé de jugar con el tiempo, viendo a Aaron con detenimiento, mi pareja desde ya varios años. Quería vivir una infinidad en pausa con él, poder plasmar los sentimientos y dejarlos así, congelados.

Click.

La cámara disparó el flash, ambos con enormes sonrisas en nuestros rostros. Y no necesité jugar más con el tiempo, con quedarme en pausa a su lado era suficiente.

AtrapaNubes

Con un cielo despejado cual día de verano, Martín y Eliana se encontraron cerca del puerto de Montevideo para la sesión de fotografía.

—Dale, Eli, esta es la última, te juro —rogó el chico, quien estaba de cuclillas con la cámara apuntando a la muchacha. De fondo, el mar se meneaba lento, tranquilo, junto a la brisa de mediodía típica de los calurosos días montevideanos.

—Está bien, ¡pero es la última!

La joven volvió a acomodarse los lentes de sol y se sentó en el borde del muro, estirando sus piernas allí y mirando en dirección al mar. En cuestión de segundos, Martín sacó tres fotos desde diferentes ángulos. Seguido de esto, mientras ella volvía a su posición normal, él le alcanzó la cámara para que viese los resultados.

—Me gustan varias, pero esta es mi favorita —dijo la chica con una sonrisa, la cual automáticamente se le contagió a él; era una fotografía donde la feliz pareja se miraba con complicidad, sus rostros estaban tan cerca que podrían haberse besado con pasión en aquel hermoso día cerca del puerto, donde el amor triunfa y la alegría se esparce entre las gotas del mar.

Desafíos de Novela JuvenilWhere stories live. Discover now