¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Saludos jóvenes escritores! Primero debemos hacer un aviso importante: por cuestiones de tiempo de los miembros del equipo, hemos decidido que los retos sean publicados los días miércoles, los días viernes cierran la recepción de los participantes y los días lunes se publicaran los resultados de los ganadores, a fin de evitar los retrasos en los tiempos que han venido ocurriendo desde la semana pasada.
Dicho lo anterior, en este día venimos a entregarles los resultados del desafío propuesto el día viernes de la semana pasada. Aunque fueron pocas participaciones, las mismas fueron muy buenas y se nos hizo difícil tomar una decisión.
Como adelanto, les decimos que el miércoles van a tener un desafío donde el perfil oficial de Embajadores en español va a jugar un papel fundamental para el desarrollo del mismo.
Sin más dilaciones, les dejamos con los resultados, no sin antes felicitar a los ganadores y diciéndole a quienes no lo lograron que no se desanimen pues cada viernes se abre una nueva ventana de participación.
Ha pasado un año y ahora eres solo alguien que solía conocer.
Llegas a casa cada noche, como si yo no existiera, como si fuera un cuadro en tu oficina. Aunque realmente, ves más los cuadros en tu oficina, que a mí.
Me tratas como a un invitado en nuestro propio hogar. ¿Te parezco yo también alguien que solías conocer?
Nuestros amigos han dado un paso atrás, seguramente tampoco te reconocen.
365 días atrás, la sonrisa en tu rostro gritaba "felicidad" en cada destello, cada segundo que pasábamos juntos me convencías más y más de que eras "él", el indicado, el imperfectamente perfecto príncipe de mi cuento de hadas. Solo tenías que abrazarme, acariciarme, llamarme "amor mío" para colocar nubes debajo de mis pies e impedir que temiera perder el equilibrio.
Alguien que solía conocer, tú eras mi soporte.
¿Qué te pasó?
Recuerdo también todos los momentos en los que me has hecho daño, ¿quién diría que tu indiferencia dolería más que la violencia?
Abriste mi crisálida, cortándome las alas prematuras de la felicidad.
Felicidad que sentía a tu lado. Cuando te conocía.
Sin embargo, aquí seguía. Aun recuerdas mi cumpleaños y nuestro aniversario. Eso me hizo pensar que el hombre que conocí sigue dentro de ti; supongo que me volví adicta a los vestigios de esperanza.
Pero esto ya no es forma de vivir, agarrada a cada frase en la que pronuncias mi nombre como si supieras quién soy, extraño hombre al que amé, máscara de alguien que solía conocer.
Ahora somos nada.
Cuando llegues a casa hoy, vayas a nuestra habitación, que no recuerdo la última vez que fue testigo de nuestro amor, la encontrarás vacía. Mis prendas no estarán en el armario, mis zapatos no estarán apilados en una esquina, mis joyas no estarán desparramadas en el baño... ¿Cómo despedirme de ti?
