Desafío #81: Resultados

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¡Buenas noches, hermosos seguidores!De antemano pedimos unas disculpas por el retraso en el anuncio de los ganadores

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¡Buenas noches, hermosos seguidores!
De antemano pedimos unas disculpas por el retraso en el anuncio de los ganadores. Pero ya estamos aquí, mas que dispuestos a presentarles estas bellas participaciones.

*La forma en la que se muestran los participantes no tiene un orden en específico.

***

LoriGM

Listo. Habían terminado.

Los dos jóvenes se acomodaron satisfechos sobre un muro del Panteón de Los Recuerdos, con los ojos brillantes y las manos manchadas de color.

Se sentaron allí, en el enorme coliseo, donde cientos de personas antes que ellos habían dejado grabados pedazos de su vida. Uno frente al otro, como solían hacer desde pequeños. Riendo y bromeando, sumergiéndose en ese instante en el que simplemente, todo era perfección.

Mañana vendría un nuevo comienzo para ambos. Mañana tendrían que marchar por caminos separados a la búsqueda de su propio futuro.

Pasarían años antes de reencontrarse. Conocerían a otras personas a las que quizás, también entregarán parte de su corazón. A lo mejor —nadie sabe— la distancia lograba enfriar esa amistad marcada por luz de luna y noches cantando encima de la azotea.

Pero el mañana era tan lejano como incierto, y solo por hoy todas sus preocupaciones e inseguridades cayeron en el olvido, perdidas en la mirada de felicidad que se dedicaban.

Se tenían ahora, que era más que suficiente. Eran ellos y nadie más en aquel pequeño rincón lleno de esperanzas, y cuando finalmente decidieron regresar a la realidad, una promesa de grafitis e ilusión quedaba marcada en la irrompible loza del Panteón de los Recuerdos;

Ali y Joshua.
Sino para siempre,
al menos por este día.

***

LaChicaAnonima18

Eran tan diferentes e iguales a la vez... dos universos completamente diferentes que se complementaban el uno a otro. El Yin y el Yang, negro y blanco. Pero, ahí, es cuando ambos demostraron la belleza de dos polos apuestos complementándose el uno al otro. Se derrumbaron los muros y quedó lo mejor: una amistad verdadera y duradera.

Unidos por el destino, o la coincidencia, volvieron a sentarse en aquel asiento de piedra incrustado en el muro. Ese lugar era su sitio, un rincón donde las clases no importaban.

Raquel, con un aspecto que rozaba lo despreocupado, chinchó de nuevo a Hyatt.

—Eres un pijo —exclamó ella entre risas—. No puedo creer que esté haciendo esto por ti.

El pobre Hyatt había pisado un chicle con sus nuevas zapatillas Nike, y sabía que si su madre se enteraba le iba a echar una buena bronca.

—Por favor, ayúdame a quitarlo —le rogó haciendo una mueca muy tierna con los labios.

Ambos se habían conocido en clase. Raquel había conseguido una beca para estudiar un bachillerato Internacional y Hyatt... Bueno, Hyatt estaba allí porque todos los amigos de sus padres, pertenecientes a la clase alta de la sociedad de Madrid, iban a ese colegio. La conexión entre ellos fue inmediata, y todo gracias a un proyecto de ciencias.

Su amistad llegaba a límites como el de ahora, en donde Raquel miraba con el ceño fruncido el chicle rosa pegado en la suela del zapato de Hyatt. Una tontería, sí. Pero ¿quién estaría dispuesto a hacer algo así? Solo ellos.

—Me debes una muy grande por esto —murmuró Raquel despegando el chicle de la suela y tirándolo con asco al suelo.

Se esposó las manos y observó a Hyatt con una ceja enarcada.

Hyatt comenzó a reír ante las múltiples muecas que Raquel había hecho al quitar aquella cosa asquerosa de la suela.

—Mañana te llevaré unas galletas de esas que te gustan tanto para almorzar —dijo él, guiñándole un ojo. —¿Solo? —Contraatacó Raquel—. ¡Me debes el supermercado entero!

Hyatt volvió a reír, pero pronto si risa cesó. Había algo que necesitaba contarle a Raquel.

—¿Te pasa algo? —preguntó ella poniendo una mano en su hombro y apretándolo—. He escuchado que tus padres quieren llevarte a estudiar a Londres cuándo acabes el bachillerato, ¿es verdad?

No era tonta. Raquel conocía muy bien a Hyatt a pesar de haberse conocido hace prácticamente poco.

Él asintió. Y, entonces, Raquel hizo algo inesperado. Agarró la mano de Hyatt, entrelazó sus dedos y sonrió pese a que por dentro estaba llorando. Y es que tanto ella como Hyatt sabían que era inútil luchar contra los deseos de los padres de él.

—Pase lo que pase, Hyatt, siempre nos quedará este muro. Yo siempre seré tu amiga, estés en Londres o en China.

Y solo hizo falta una sonrisa por parte de Hyatt para cerrar aquel trato invisible.

***

MarujalaBruja0604

Allí teniéndote sentado frente a mí y viendo tus tenis Nike no pude evitar pensar en la distancia que separaba nuestros mundos.

Tú vivías en el mundo de las marcas y los viajes, yo solo era una chica más en la inmensidad de lo normal.

—Ya me tienes a tus pies, ¿qué más quieres chica, mis zapatos?— Dijiste trayéndome a la realidad de nuestro momento y haciéndome sonreír.

A esa broma siguieron muchas otras y una tarde llena de risas.

—Grabemos nuestros nombres.— Mencionaste de pronto, y yo no pude estar más de acuerdo.

Buscamos un espacio en blanco y allí escribimos torpemente nuestros nombres, siendo honesta me encantó. En ese momento en aquellas letras no éramos una chica pobre y un chico rico, solo éramos dos jóvenes completamente enamorados.

Esa tarde fue nuestra última tarde juntos. Tú te fuiste con tu familia, mientras yo tuve que quedarme. Pero eso no importó porque en aquel muro de la plaza los nombres de nuestro amor serían eternos.

***

MircaStar

Somos solo amigos, los mejores amigos desde pequeños. Pero cuando me mira y sonríe como ahora, a mi corazón ya no le basta con solo ser amigos, quiere más. Lo sé porque hace un tiempo, late muy fuerte cuando lo tengo cerca. Me late tan rápido, que creo que saldrá corriendo de mi pecho. Y cuando estamos así, como ahora, uno frente al otro, bromeando, escribiendo recuerdos y frases nuestras en estas paredes y riendo por cualquier tontería que decimos los dos, me doy cuenta lo enamorada que estoy de él. Creo que él no lo sospecha, ni siquiera lo imagina. Y yo, soy demasiado cobarde para atreverme a confesarle lo que siento. Tengo miedo al rechazo, de él, no lo soportaría. Tal vez sea mejor dejar las cosas como están.

Quedarme solo con los sueños, sueños maravillosos, donde me besa y me dice que me quiere, sueños que son solo míos. Nunca pensé que dolería tanto tenerle cerca, todos los días, sin saber si alguna vez corresponderá mis sentimientos.

Se acerca para limpiarme una mancha de tinta en la cara. Sus dedos sobre mi mejilla ya no limpian, ahora acarician. Estamos tan cerca. Nos miramos a los ojos, hablamos sin palabras. Nuestra respiración se agita. Mira mis labios y suspira. Sus manos rodean mi cara, se inclina hacia adelante, eliminando la poca distancia que nos separa, y me besa, me besa hasta quedarnos sin aliento, con desesperación. Nos separamos para respirar y susurra contra mis labios.

—He soñado con esto por mucho tiempo, te quiero tanto.
—Yo también te quiero demasiado.

Entonces soy yo quien lo vuelve a besar.

Y así, aquí, en este momento tan especial, me doy cuenta que no estaba soñando sola.

Era un sueño correspondido.

Desafíos de Novela JuvenilWhere stories live. Discover now