Desafío #74: Resultados

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¡Buenas madrugadas, hermosos seguidores!

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¡Buenas madrugadas, hermosos seguidores!

Al igual que todas las semanas venimos a presentarles los resultados del desafío de la semana pasada, infinitas gracias por todo el apoyo y el cariño que le dan a este apartado para que sigan adelante ¡Son los mejores!

En esta ocasión tenemos 6 ganadores ¡Muchas feliciades!

Nos estamos viendo este viernes con un nuevo desafío.

*La forma en la que se muestran los participantes no tiene un orden en específico.

***

KAlexr

Título: Dudar.

A esa palabra se había resumido mi vida en las últimas horas.

El pecho me subía y bajaba en clara señal de agitación. El sudor frío recorría mi frente y los temblores se esparcían en cada nervio de mi cuerpo.

Los pies me sangraban al igual que múltiples partes de mi cuerpo, la visión se me dificultaba y el rendimiento también, había perdido litros de sangre.

Miré todas las puertas que eran exactamente iguales debatiendo internamente a cual abrir.

La decisión no era nada sencilla y el sonido de un reloj me desesperaba a tal grado de querer llorar. Rasqué mi cabeza sumamente frustrada.

No tenía ni la menor idea sobre cómo había pasado de estar en una mañana tranquila en la universidad a estar inmersa en un juego que acabaría con mi vida si me equivocaba.

—Tic, tac— susurró una espeluznante voz a mis espaldas y un gélido viento azotó mi cuerpo cubierto con algunas escasas piezas de tela.

Necesitaba apurarme y terminar con el juego macabro en el que estaba incluida sin consentimiento. Ya había atravesado la piscina de tiburones, la carretera repleta de espinas y las espadas voladoras, ahora solo quedaba girar la perilla que me llevaría a mi destino final.

Era sencillo, vivir o morir.

En el último segundo cerré los ojos y dejé que la intuición me guiara, nunca fallaba... Sólo que esa vez ocurrió algo totalmente diferente.

Lo supe cuando sentí el impacto de bala atravesando mi pecho malherido.

***

GV5221

Título: Mala suerte

«Jodida vida», no puedo evitar pensar mientras voy conduciendo por en medio de la carretera a toda velocidad. Al parecer las palabras "universidad y vida social" no van muy bien juntas, o al menos no en mi caso; no logro entender como los demás pueden combinar ambos y salir airosos.

Unas luces rojas y azules se reflejan por el retrovisor, y una sirena me indica que debo estacionar el auto; «Maldición».

— ¿Sabe a qué velocidad iba, señorita?—pregunta el policía en cuanto bajo la ventanilla.

—Lo siento no lo sé, llevo prisa—contesto descaradamente.

—Por favor, baje del vehículo—ordena el uniformado.

—Pero no he hecho nada—contesto con carita de niña buena.

—No lo voy a repetir—dice en un tono autoritario.

Muy fastidiada abro la puerta del auto y bajo, entonces el "oficial" saca un extraño aparato y lo pone justo frente a mí:

—Sople, por favor.

—No estoy ebria—contesto casi de manera inmediata.

El policía me lanza una mirada asesina y sin más remedio obedezco la orden, rezando porque él haya desinfectado bien el aparato ese. En unos pocos segundos la maquinita comienza repicar.

—Su permiso por favor—dice evidentemente enfadado observando el aparatito.

Me interno por la ventanilla abierta del auto, tomo mi bolso y le entrego desde mi billetera el carnet; él lo sostiene, lo ilumina con la linterna y luego ilumina mi rostro para hacer la comparación.
—Señorita Méndez, queda arrestada por manejar en estado de ebriedad, por favor suba a la patrulla —, no logro reaccionar — no va a oponer resistencia, ¿verdad? — pregunta de forma sarcástica mostrándome las esposas.


A veces situaciones como estas me hacen dudar de mi propia suerte; «¿cómo explicaré mañana por qué no llegué al examen?» es mi último pensamiento antes de subirme a la patrulla.

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