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¡Feliz miércoles, hermosos seguidores!
Al igual que todas las semanas les traemos a los ganadores de nuestro último desafío. <3 Queremos agradecerles todo el apoyo y el cariño que le brindan a este aparato, son los mejores.
*La forma en la que se muestran los participantes no tiene un orden en específico.
—Debe ser lindo, ¿no?— pregunté a Jen, mi amiga, que se sentaba en el capó del auto de mi padre, junto a mí.—¿Lindo? ¿Qué?— dijo ella con cierto tono de melancolía escondida.—Morir de cáncer... Digo, mucha gente lo hace. Parece moda.
Jen se tapó la boca sorprendida de modo desagradable y me golpeó el brazo con fuerza desmedida. Yo gemí del dolor.
—¡No vuelvas a bromar con eso!— exigió entre lágrimas.—¿Por qué no? Ya estoy en la última fase. A partir de aquí puedo estar en este mundo desde días, tal vez horas. Yo apuesto a que romperé todo pronóstico y me quedaré dos semanas más.Jen estaba hecha una cascada de lágrimas, mientras que yo me lo tomaba light.—¡Oh, vamos, Jen! De seguro encontrarás otra amiga.—Nunca serás reemplazada— dijo llevándose las rodillas al pecho.—En ningún momento dije que me reemplazaras, Jen.— Volteé el rostro fingiendo aflicción—. Lo que digo es que debes seguir tu vida.—¿Y cómo se hace eso luego de perder a una amiga que es como una hermana?—Es fácil...— Me subí sobre el capó del auto que en su tiempo fue furor para que mi padre se ganara el corazón de mamá—. ¿Ves allá arriba? ¿Ves la primera estrella?Jen se paró, apoyándose en mi hombro.—Sí.—Bueno... esa estrella voy a ser yo... Y cada vez que quieras contarme algo, por estúpido que sea; porque te conozco y hablas muchas estupideces.— Su rostro hizo una mueca torcida—. Cuando me cuentes, yo voy a estar escuchándote, porque, a no ser que reviva como zombie, no voy a lograr mucho muerta, pero te aseguro, y esto te lo digo de corazón...
Me volteé y la tomé del rostro apapachándole sus mejillas.
—...te lo juro, amiga. Yo siempre voy a estar ahí para ti.
Nos fundimos en un abrazo tan consolador, que daba igual lo que sucediera mañana, pasado, o en dos semanas. Si yo seguiría muerta o viva. Sabía que, a pesar de no estar físicamente, podría apoyar a mi amiga desde lo alto, en el transcurso de lo que me constaba era una incertidumbre infinita.
Lo que sucedió después no lo sé, porque luego de esa noche, yo me fui. Escuché cosas y voces durante días, pero mi cuerpo se había apagado, y pronto lo hizo mi mente. Estoy segura de que Jen me habla todos los días, porque yo la veo desde lo alto, y ella sale a su balcón a mirar las estrellas.
—¿Qué pasó en ese viaje, Emily? —me preguntó la detective.
Aparté la mirada de ella, estaba nerviosa, quería llorar, la respiración se me cortaba y empezaba a ver nublado. Lapregunta retumbó en mi cabeza, «¿Qué había pasado en ese viaje?», ni siquiera lo sabía... del todo.
