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¡Hermosos seguidores! Las audiciones fueron muy reñidas, vimos muchos grandes talentos brillar en el escenario y los jueces quedaron más que embelesados. Las decisiones han sido tomadas, así que, sin más preámbulo, aquí tenemos a las tres personas que ganaron un espacio dentro de la banda.
¿No lograste ingresar en esta ocasión? ¡No te desanimes! Nos volveremos a ver el día: Viernes, 21 de Agosto , con un nuevo desafío.
¡Los esperamos!
*La forma en la que se muestran los participantes no tiene un orden en específico.
Mientras mis padres me llevaban al lugar, comencé a recordar lo que había sucedido unos meses atrás:
Agosto de 1980...
The Police, mi banda favorita, abrió un casting en mi ciudad. Habría cuatro ganadores; iban a ser los teloneros e irían a cenar con ellos; por desgracia, yo tenía un problema: Pánico escénico. Siempre me ofrecía a cantar en los recitales escolares, pero terminaba cancelando todo y me iba a un puesto de helado para llorar de la frustración mientras consumía un cono.
La oportunidad estaba en mis manos; acepté inscribirme al casting; sin embargo, sabía que terminaría abandonando el escenario.
Ensayé bastante. En los fines de semana, me desvelaba hasta la una de la madrugada para dar lo mejor de mí; no obstante, terminaba sintiéndome mal, pues tenía la sensación de que no lo haría, de que saldría corriendo con la mente en pedazos mientras me dirigiría de forma automática al mismo puesto de helado al aire libre. Un fin de semana aventé un objeto de mi recámara y lloré; mis padres hablaron conmigo:
—Llora lo que puedas, hija—dijo mi madre—; las lágrimas son buenas—me dio un abrazo. —Maureen, tranquila—dijo mi padre mientras me abrazaba—. Tú tienes mucho talento, es cuestión de quitar el pánico escénico. Podemos ponerte ejercicios para que te quites ese miedo que ha puesto barreras en lo que quieres dedicarte.
Toda mi familia se reunía y mis mejores amigos se reunían para acompañarme en los ensayos y así, perder el miedo. Así estuve por tres meses; ensayando frente a 58 personas... Y repetir frases motivadoras. No fue fácil; a veces lloraba, salía corriendo, me trababa y en dos ocasiones vomité... ¡Pero mi sueño era cantar! ¿Cómo iba a dejar que eso me dominara? Tuve mucha fuerza mental para avanzar durante los ensayos.
Noviembre de 1980...
Había ingresado al lugar; los chicos, Sting, Andy y Stewart estaban sentados mientras sostenían sus costosos bolígrafos:
—Hola—dijo Sting—, ¿cómo te llamas? —Maureen—respondí un poco nerviosa. —Como la ex-esposa de Ringo Starr—añadió Stewart—; es un nombre bonito.
