Capítulo 2: Pissed Of Albus Dumbledore

9K 761 16
                                    

Sirius Black es arrestado: el mayor se pasa de la raya.

(Nunca, jamás, cabrees a Albus Dumbledore)

Sirius Black se dirigió en su moto a la casa de Peter, preocupado porque no había visto ni tenido noticias de alguno de sus tres mejores amigos como se suponía. Al principio pensó que tal vez se habían llevado a Peter, hasta que vio que allí no había señales de lucha. Sospechando cada vez más, volvió a subir a su bicicleta y se dirigió a Godric's Hollow. Sabía que alguien cercano les había estado traicionando, pasando información durante el último año, y había sospechado de Remus, pero ahora... Vaya, ahora se temía lo peor, y se debía a quien tenía en sus manos a su mejor amigo, a la mujer de su amigo y a la vida de sus ahijados: Peter Pettigrew.

Llegó a la distancia de visión de la casa de James y Lily y palideció drásticamente cuando vio la puerta arrancada de sus goznes y a James tirado en el suelo, muerto. Con un gruñido de rabia se dio la vuelta y procedió a pasar el resto de la noche buscando a Peter Pettigrew; por algo era el segundo mejor auror de su división. No era un problema rastrear una rata y exterminarla.

Acorralando finalmente a Peter en el Londres muggle como el cobarde asustado que era, Sirius se puso a distancia de lanzamiento del hechizo... cuando Peter empezó de repente a llorar y a gritar a Sirius.

-¿Por qué, Sirius, por qué? ¿Por qué has traicionado así a tus amigos, por qué? ¡Creí que nos querías más que eso! ¡James era tu amigo! ¿Por qué, Sirius?- gritó Peter, escondiendo su maliciosa sonrisa detrás de las manos.

-¡Sabes que yo no los traicioné, tú lo hiciste!- gruñó Sirius, sacando su varita.

-¡Lo hiciste, Sirius, los mataste!- gritó Peter histérico.

-Por qué tú...- gruñó Sirius, levantando la varita.

Desgraciadamente, Peter tenía su varita en la espalda, y antes de que Sirius pudiera reaccionar, una ráfaga rodeó a Peter, matando a muggles inocentes en el fuego cruzado. A través de la neblina roja, vio a Pettigrew cortándose el dedo y desapareciendo en forma de rata. (después de saludarle astutamente) y meterse en las alcantarillas.

Lo único que Sirius pudo hacer entonces fue reírse.

Ese débil mago había engañado por él tanto tiempo. ¿Qué clase de Auror era si ni siquiera podía encontrar a los magos oscuros? No se preocupó por los trece muggles que estaban a su alrededor ni reaccionó cuando los aurores fueron a por él. Sólo siguió riendo, como si se hubiera vuelto loco. Lo metieron en una celda del Ministerio de Magia, todavía con la impresión de que los Potter habían muerto esa noche.

-¿Qué haremos con ellos?-, preguntó uno de los aurores.

Habían capturado a una buena cantidad de mortífagos esa noche, sin embargo, ninguno del Círculo Interno fue capturado. Eran mejores para esconderse que los demás, y Karkaroff era uno de ellos.

-Envíenlos a todos a Azkaban-, dijo Crouch. Su subsecretario, el señor Fudge, estuvo de acuerdo con él inmediatamente.

-¿Está seguro, señor?-, preguntó otro auror que acababa de llegar con su compañero.

-Sí-, dijo Crouch, con cara de no inmutarse.

-¿Cuándo, señor?-, preguntó el otro auror.

-Esta noche. Hágalo esta noche. Te doy permiso-, dijo Crouch.

-Sí, señor-, dijo el auror, asintiendo y marchándose.

-Vete-, ladró Crouch al Auror que había preguntado si estaba seguro.

-Sí, señor-, dijo el auror, dando un pequeño salto antes de marcharse.

-¿Qué puedo hacer por usted, señor? ¿Quizás un poco de café?- preguntó Fudge.
Fudge era como Peter: hambriento de poder, lameculos y llorón ante el mayor matón del patio. Haría cualquier cosa para ser el mejor a los ojos del hombre.

INVISIBLE Where stories live. Discover now