Capítulo 37: The Situation As It Is

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Cornelius Fudge, ex Huffelpuff graduado en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, se sentó aterrorizado. Los grilletes le rodeaban con fuerza. Atándolo a la silla, como hacían con todos los criminales. No es que Fudge hubiera ido a ninguna parte; toda su forma estaba temblando y su normal pelo rubio inmaculado desordenado. Si se hubiera levantado sin ayuda, se habría desplomado en el suelo. Sus ojos miraban salvajemente a su alrededor; casi se podía ver su mente tratando de comprender cómo salir de esta situación. Por desgracia para él, no había manera de salir de esta. El mundo quería sangre por las acciones contra el que había sido su chico de oro.

Las miradas que recibía de todo el mundo, incluido el Wizengamot, le hacían ponerse de un color blanco pastoso. Por un segundo tuvo la esperanza de tener al menos a Dumbledore de su lado. Habían trabajado juntos durante su mandato como Ministro de Magia. Albus había entablado una camaradería, que no había cesado ni siquiera cuando anunciaron que Voldemort había vuelto. Eso sólo había sido porque Albus había jurado que no estaba tras su trabajo. El viejo lo había conocido bien, después de todo. Aquí estaba ahora, mirándolo con esos ojos azules decepcionados. Ojos que había odiado incluso de pequeño, la forma en que parpadeaban nunca había sido natural. Parpadeaban alegremente como si te midieran para tu ataúd. Le habían dado escalofríos; ahora no eran menos intensos.

-Interrogador: Amelia Susan Bones, Jefa del Departamento de Aplicación de la Ley Mágica. Escribano del tribunal Percy Ignatius Weasley y Brian Sánchez como abogado de la defensa-, dijo Madam Bones, les faltaba bastante gente, y como Fudge y Umbridge estaban destinados a la cárcel ella era la única interrogadora. Habría que buscar un nuevo ministro y secretario. Ahora que estaban en guerra, la cosa no pintaba bien. De hecho, el mundo se había convertido en un lugar peligroso; Fudge los había jodido a todos. No sólo Nicolas Potter, el mundo no tenía un líder, sin él... se desmoronaría. Amelia lo miraba sin emoción, haciendo su trabajo a pesar del sentimiento que tenía por el Ex Ministro de Magia.

-¡Así que los cargos!- Dijo Madam Bones, colocando su monóculo en el ojo y desenrollando un trozo de pergamino. Antes de afirmar con voz no sentenciosa los cargos que se le imputaban a Fudge.

-Poner en peligro a los alumnos menores de edad, al permitir que se utilice un objeto prohibido-.

-Por permitir que Dolores Umbridge torture a los alumnos, mediante una Pluma de Sangre-.

-Por entregar una Pluma de Sangre ilegal, a un miembro de la comunidad- la verdad sea dicha deberían haber sido destruidos. Algo que iba a tener que investigar, con suerte no iba a encontrar un alijo de objetos ilegales en el despacho de Fudge. Maldita sea, se dio cuenta de que debería haber hecho registrar su despacho y su casa. Por lo que sabían, deberían acusarle de más cargos.

-Por ser el causante de que Nicolas Potter esté drenado mágicamente y en coma-.

Una vez llamados los cambios, se acercó a Kingsley Shacklebolt y a Ojo Loco Moody. Susurró en voz tan baja que nadie más pudo escuchar, ni siquiera en la mortífera sala silenciosa. -Necesito que registréis su despacho y su casa, Jazmín les conseguirá lo que necesiten-, dijo retrocediendo. Cuando le hicieron un gesto con la cabeza, ella les devolvió el gesto antes de retomar su papel de interrogadora única.

-Usted es Cornelius Fudge, ¿no es así?- preguntó Madam Bones, nunca se supo la dirección del Ministro. Era demasiado peligroso permitirlo, sólo los jefes y secretarios de los departamentos estaban al tanto de esa información. Toda la información pública era borrada, incluso sus cartas de aceptación de Hogwarts. Aunque ya no vivieran allí.

-Sí, así es-, dijo Fudge lamiéndose los labios secos con nerviosismo, su mente iba a toda velocidad. Todo el mundo temía a Azkaban por una razón, los que no lo hacían... digamos que ya tenían que estar locos. Fudge no estaba ni mucho menos loco, pero sí estaba locamente aterrado por lo que se avecinaba.

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