Capítulo 27: Presents and Conversations

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Harry prácticamente voló a la mansión, ansioso por ver a Eileen una vez más. La había echado mucho de menos, a pesar de que sólo había podido verla durante los veranos mientras estaba en el colegio. Normalmente se mantenía en contacto con ella, pero no lo había hecho. Había estado tan ocupado que ni siquiera había contestado a Black ni había hablado con Viktor. Harry apenas se abstuvo de lanzarse sobre ella, pero la abrazó con fuerza. El adolescente, normalmente reservado, mostrando emociones... una vez más. Severus lo observó desde la puerta, se dio cuenta de lo mucho que su madre quería a Harry. No era de extrañar que se hubiera quedado destrozada cuando se lo dijo, él sabía que le tenía cariño, pero esto... esto era más de lo que esperaba. Sin embargo, sabía lo que ella amaba de él, porque él también amaba a Harry a su manera. No tenía ni idea de en qué se iba a convertir.

-¡Qué bueno verte!- gorjeó Harry alegremente, ella le había regalado su querida lechuza, la había amado antes de eso, pero cuando le regaló a Hermes que era él. Había llamado a su lechuza como el dios griego Hermes, el dios mensajero.

-Me alegro de verte a ti también hijo, ¿cómo han estado los dos?- preguntó Eileen, dirigiéndose a sus dos hijos, ambos significaban el mundo para ella. Se sentía muy bendecida por tenerlos a ambos en su vida. Le hacía lamentar no haber tenido más hijos, pero no cambiaría a Severus por nada.

-¡Puedo lanzar el encantamiento Patronus!- exclamó Harry de inmediato, Severus se acercó y se sentó ordenando la comida divertido por la felicidad infantil de Harry. Teniendo en cuenta cómo había sido su vida, Severus podía decir con seguridad que se lo merecía.

-¿Lo hiciste ahora? Es fantástico Harry!- dijo Eileen el orgullo brillando en sus ojos negros.

-¡Es una pantera! Lo mismo que Severus!- dijo Harry sus ojos verdes brillando con fuerza.

Eileen podía ver los cambios en Harry, era más feliz aquí, más feliz ahora. Emanciparse parecía haber, cambiado al adolescente, lo había hecho completo, feliz y más parecido al adolescente que debía ser. No tenía que preocuparse por el dinero, por su aprendizaje, por su asquerosa familia, ni por que nadie descubriera que era el verdadero "Niño que vivió" en un futuro próximo.

-Bien hecho, Harry, estoy orgullosa de ti, hijo-, dijo Eileen, dándole a Harry una palmada distraída en la mano.

-¡Gracias!- sonrió Harry alegremente.

-También se ha decidido por un nuevo proyecto de pociones- dijo Severus sintiéndose orgulloso también.

-¿De verdad? Qué idea es esta?- preguntó Eileen, ahora era algo con lo que podía relacionarse con ambos. Pociones había sido su primer amor, su único amor, algo que había transmitido a su hijo. Había llegado a su vida otro chico que adoraba las pociones con una pasión que sólo había visto en su hijo. Sabía que Severus y Harry se llevarían muy bien, sobre todo por el amor a las pociones que ambos tenían.

-Una idea sobre cómo asegurarse de tener más de un animago, desbloquear todos los potenciales en lugar de quedarse con uno solo- dijo Severus sonriendo con orgullo.

-¿De dónde salió esa idea?- preguntó Eileen con curiosidad.

-Tomé la poción de animago-, explicó Harry tomando una Cerveza de Mantequilla de la bandeja que el elfo doméstico acababa de traer.

-¿Piensas convertirte en uno?- preguntó Eileen asombrada.

-No, todavía no, tal vez después de mis OWL'S-, dijo Harry en voz baja.

-¡Esa es una muy buena idea!- dijo Eileen aprobando, todavía aturdida por Harry. Estaba tomando decisiones que no deberían ser tomadas por adolescentes, si los adolescentes querían hacer algo, lo hacían. Una pequeña parte de ella, deseaba que Harry hiciera lo que quisiera, ser un niño. La guerra iba a empezar pronto, y necesitaba ser infantil cuando aún podía. Quién sabe cuándo empezaría Voldemort su guerra total contra todos. Estaba aterrada por sus dos hijos, a Severus lo buscaban por ser espía, y a Harry por ser un Potter. Sin embargo, había un pequeño alivio para ella, que Voldemort no sabía que Harry era el que realmente lo había derrotado, todos esos años atrás. Un chico que también se decía, que sería su perdición, alguien que derrotaría a Voldemort de una vez por todas. Ella tenía toda la confianza en Harry, y en Severus, de que estaría bien entrenado para enfrentarse al monstruo con cara de serpiente.

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