INVISIBLE

Capítulo 25: Animagus Potion, Training and Surprises

-Albus quiere reunirse conmigo, supongo que es por la idea de que vayas a Hogwarts a esas clases- dijo Severus suavemente, mirando fijamente a su aprendiz. Había escuchado a Harry despierto anoche; obviamente había tenido una noche dura, sabiendo lo que hacía con sus visiones. Severus no pudo evitar preguntarse si debería enseñar a Harry Oclumancia. Ningún niño debería ser capaz de ver lo que hacía Voldemort. Aunque Harry ya no era un niño ni mucho menos, no se le había permitido una infancia. Era un joven adulto, y a veces Severus lo olvidaba.

-Oh, está bien-, dijo Harry.

-Iré mientras tú haces tu examen, así que nada tendrá que quedar en suspenso-, dijo Severus, cada hechizo que Harry aprendía era importante para su supervivencia. Seguro que Voldemort no sabía que Harry era el niño que vivió, pero era un niño que había matado a su serpiente y a su más fiel seguidor. No le cabía duda de que Voldemort se sentía así; cobarde o no, Pettigrew había traído al bastardo de vuelta. Si los aurores hubieran hecho bien su trabajo, Pettigrew no habría tenido esta oportunidad. Ni siquiera habían identificado el cuerpo en Azkaban para asegurarse de que era Crouch hijo. Aunque el hombre había sido despedido, eso no ayudaba a su situación.

-Sí, señor-, dijo Harry respetuosamente.

-También tengo una sorpresa para ti-, dijo Severus sonriendo un poco sabiendo que a Harry le iba a gustar esta información.

-¿Qué?- preguntó Harry ansioso su cabeza ladeada mientras miraba fijamente a su profesor.

-Eileen ha decidido quedarse aquí, la he convencido para que haga nuevos recuerdos de este lugar- dijo Severus. Encontrando extraño llamar a su madre por su nombre de pila, pero se había acostumbrado tanto a que todos no supieran de ella. Que todavía tuvo que pensar antes de darse cuenta de que Harry lo sabía y no le importaba, no iba a hacerles daño y estaba bastante contento con ellos en eso.

-¿Nuevos recuerdos?- preguntó Harry su voz triste al pensar en ello. Eileen no debió tener una buena infancia aquí, lo cual era una pena porque este lugar era el hogar más hermoso que había visto.

-Creo que ya lo entiendes sin que te explique más-, suspiró Severus, él tampoco había tenido una infancia decente. Ser golpeado por su padre no era lo ideal, ver a su padre golpeando a su madre era aún menos que ideal.

-Sí-, dijo Harry suavemente, sintiendo otra conexión entre Eileen y él.

-Ahora desayunemos y bajemos al laboratorio-, dijo Severus sin más. Como si el elfo doméstico fuera psíquico entró, dejó los platos en el suelo y se alejó una vez más.

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-Severus, me alegro de verte, había pensado que no ibas a llegar-, sonrió Dumbledore. Mientras Severus, tan elegante como siempre, atravesaba el floo, haciendo desaparecer el hollín de sus ropas. Después de años de hacerlo Albus estaba acostumbrado a la vista, Remus sin embargo estaba muy impresionado desde donde estaba.

-¿Cómo está Harry?- preguntó Remus Lupin que estaba de pie en la puerta.

Severus levantó una ceja hacia el hombre, el desprecio era claro como el día en su rostro. -¿Por qué no le preguntaste eso durante su tercer año?-, preguntó con sorna.

El dolor apareció en el rostro prematuramente envejecido, ser un hombre lobo no ayudaba en nada a su aspecto. Especialmente cuando se estiraban y dañaban, cada vez que se convertía en hombre lobo. -No necesito que me lo recuerdes Snape, sé que le he hecho daño-, respondió finalmente el lobo.

-Sí, ¿te imaginas cómo se siente un chico de catorce años completamente abandonado por todos?- resopló Severus con sorna.